Jane Doe: diario de una jane doe

Jane Doe

Jane Doe
¡Bienvenidos! Les explico un poco de qué va el blog: «Diario de una Jane Doe» es el espacio que encontré para dejar salir todo eso que me gusta o lo que no, lo que me molesta o lastima, y lo que amo, los invito a hacer lo mismo en los comentarios. En «Rincón Literario» encontrarán «Recomendaciones» donde recomiendo libros, «Hablemos de…» que es un espacio para charlar sobre temas relacionados a la literatura incluyendo noticias sobre el mundo literario, en «Libro del mes» podemos charlar sobre un libro específico elegido para ese mes; «Conociendo autores» es un lugar para hacer eso exactamente, conocer un poco de los grandes autores detrás de las letras. Bajo el título «De Tinta y Papel» voy a subir unos relatos/cuentos/historias cortas que escribo. Por último, en «Rincón de entretenimiento» tenemos, por un lado, «Series de TV» donde podemos recomendar y hablar de series, y en «K-dramas» hacemos lo mismo que con series pero esta vez de dramas coreanos :) Espero que se queden, ¡y que empiece el viaje!
Mostrando las entradas con la etiqueta diario de una jane doe. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta diario de una jane doe. Mostrar todas las entradas

domingo, 17 de octubre de 2021

Estas voces en mi cabeza solo traen paranoia
octubre 17, 20210 Comments

 



Queridas voces en mi cabeza,


Me considero, dentro de todo, una persona bastante racional, ya saben, trato de racionalizar todo, incluso los sentimientos. Por lo general soy muy buena controlándolos pero hacía unas semanas ya no lograba hacerlas avanzar por el camino que había elegido para ellas. La mayor parte del tiempo me mantengo en mi centro: no molestamente optimista, no enfermizamente negativa, el centro es un buen lugar; pero últimamente no era más que una pelota de negatividad. Trataba de ahogar esos sentimientos de negatividad y ver el lado lógico y racional del asunto (usar la lógica contra el pesimismo ya me había funcionado antes) pero no funcionaba, incluso trataba de irme por el lado positivo (ver solo lo bueno de las cosas no tiene sentido para mí, medidas desesperadas se podría decir), pero nada, no funcionaba por más que unos pocos minutos.


Hace unos días salió una nueva canción de Palaye Royale: Paranoid. La letra trajo consigo una epifanía (sinceramente era tan claro como el agua, ¿¡cómo no lo pude ver?!), finalmente entendí qué era lo que me seguía tirando abajo: yo misma. Así de simple, volvió a pasar y volví a no verlo venir. ¿¡Quién iba a decir que el odio hacia uno mismo tendría el súper poder de cambiar de forma tan sutilmente?! Cuando pasan meses de normalidad tendés a olvidarte de la batalla interna que, muy probablemente, nunca vaya a terminar… o que, como mínimo, tardes otros tantos años en vencer. Soy mi peor enemiga, hace muchos años lo soy, también soy mi mejor aliada; me salvé incontables veces y me atormenté otras tantas. Esa es mi normalidad (no viene mal acordarse de ello): una constante de subidas y bajadas, debería saberlo a estas alturas.


Pregunta por mera curiosidad: ¿no se cansan de siempre repetirme lo mismo? A estas alturas deberían. A estas alturas hasta yo lo estoy. Aunque, pensándolo bien, si soy ya las que las controlo debería salir con algo más creativo, al menos ese creo que es mi lado fuerte. Ah, estas putas voces casi imposible de callar… ustedes siempre me vuelven paranoica por un rato, como si tuviera que cuidarme el doble y mirar sobre mi hombro cada tres segundos. Malditas voces que siempre terminan convenciéndome de que no soy lo suficientemente _______; al menos puedo contar con que siempre tengo nuevos puestos para rellenar los blancos.


Esta paranoia en forma de inseguridad llega a sofocar. Les grito que se dejen de joder y me dejen en paz, el rechazo suele tardar un rato en surtirles efecto; pero queridas enemigas, siempre terminan yéndose… para volver más tarde, sí, sí, pero cada vez me visitan con menos frecuencia. Así que sigan gritando todo lo que quieran, podrán ser más fuertes que yo por un rato, pero se cansan más rápido. Yo no tengo prisa, puedo aguantarlas aunque a veces dude, siempre termino aguantándolas.


Y no se preocupen, acá las voy a estar esperando la próxima. La vida está llena de incertidumbres, eso es lo divertido del asunto, no saber qué va a pasar… pero sé a dónde voy, y, a pesar de lo que me quieran tratar de convencer, allá voy a llegar por mucho que demore. Me llevó casi un mes callarlas pero lo logré, ¡dulces sueños! (Y sí, les estoy sacando la lengua como niña de cinco años, ya que estamos les saco el dedo del medio como adolecente de doce).




Atte., Jane Doe.

Reading Time:

domingo, 16 de mayo de 2021

Chicas malvadas
mayo 16, 20210 Comments









Queridas chicas malvadas,


Siempre me molestó la traducción de «Mean Girls» a «Chicas pesadas». ¿Pesadas? Soy de Uruguay… capaz en otros países hispanohablantes les dicen así, pero bueno, a mis oídos suena cualquier cosa menos natural. Como sea, mi discusión interna sobre el título me llevó a esta mini epifanía: a pesar de que la traducción sea espantosa, que las hay, las hay. Así que no se hagan las desentendidas y miren al costado.


Es interesante porque vienen en todos los tamaños, formas, cuerpos, personalidades, géneros… a simple vista no las ven venir, pero una vez las tienen en frente es imposible no verlas. A veces sí son esas típicas niñitas idiotas que se creen el culo del mundo por alguna extraña razón y tratan al resto como si existieran por y para ellas; pero la gran mayoría de veces son personas menos obvias.


Muchas veces son esa amiga de toda la vida, otras esa madre imposible, otras ese padre irracional, otras ese novio obsesivo, otras la hermana con complejo de inferioridad… y otras son uno mismo. Este último es su disfraz más peligroso, porque es el enemigo perfectamente camuflado. Este siempre está ahí, burlándose de vos en tu propio reflejo y a veces no lo ves hasta que es bastante tarde y el corte es profundo.


De todas maneras, no importa quiénes sean, una vez las reconocen, no queda otra más que cortarlas por lo sano y alejarse de ustedes. Las relaciones tóxicas nunca van a dejar de ser tóxicas, lo único que se puede hacer con ellas es dejarlas morir, pero lo más lejos de uno posible. Están podridas por dentro y tienen la habilidad de contaminar todo a su alrededor. En vez de una muerte lenta y dolorosa, lo mejor es matarla antes de que termine por destruirte. A veces que hay que ser egoístas, el egoísmo no siempre es malo, es necesario a veces, es como ese escudo de auto preservación cuando nos estamos dejando destruir. Hay que usarlo sin culpa cuando estamos en estas situaciones.


Claro que cuando esa «mean girl» sos vos misma, ser egoísta cuesta más porque no sabés a quién permitir ser egoísta, si a la vos tóxica o la vos tratando de sobrevivirla. Es una batalla complicada y larga (lo digo por experiencia), pero el primer paso es reconocerlo, el segundo querer cambiarlo y el tercero empezar a hacerlo. Si bien es cierto que todo cuesta y es más fácil dejar de lado el cambio y quedarse con el viejo y conocido dolor, no nos podemos dejar ir. Una vez uno ve el valor en uno mismo y quiere cambiar la toxicidad por balance saludable, vas a querer seguir por ese camino empedrado. Vale la pena.


Solo quería comunicarles que no voy a seguir dejándolas ganar, chicas. Lo siento. Si guerra es lo que quieren, guerra es lo que consiguen.



Atte., Jane Doe.



P.D.: Que conste que tampoco me gusta el título del post como traducción de «mean girls», pero quedaba un poco mejor como título que «chicas malas» que no necesariamente significa ese tipo de chicas al que se refiere la película. Por lo que todavía no encuentro una traducción que me complazca, seguiré buscando, supongo. Eso es todo. Hasta luego.

Reading Time:

domingo, 25 de abril de 2021

Con la guardia en alto
abril 25, 20210 Comments








Queridos bajones,


En la vida existen estos altos y bajos. Yo pasé muchos años, demasiados, siendo mi peor enemigo, odiándome como nadie, lastimándome como nunca. Pero ya dejé eso atrás. Si bien el odio y dolor auto impuesto están atrás, cada tanto hacen unas de sus apariciones y tratan de tirarme otra vez al pozo oscuro y frío del que logré arrastrarme no mucho tiempo atrás.


Siempre los esperaba, bajones. Sabía que lo bueno, irremediablemente, venía de la mano de lo malo. Siempre estaba preparada para ustedes, lo que no quería decir que no dolieran y pesaran, pero los esperaba. Hace unos meses me venía sintiendo muy bien, los primeros meses estaba asustada, mirando sobre mi hombro cada dos segundos, esperando que aparecieran de la nada, estaba lista para el golpe… pero el golpe no llegaba. Poco a poco me olvidé de mirar sobre mi hombro, poco a poco fui bajando la guardia, poco a poco me fui olvidando que tenía que esperarlos. Y entonces llegaron. Y llegaron con todo, la piedad nunca fue una de sus cualidades, pero, ¡amigos! ¿¡De verdad?! ¿¡Era necesario?!


¿La peor parte? Esta no es la primera vez que me pasa. Ya me olvidé de ustedes otra vez en el pasado. Uno diría que aprendería de los errores. Supongo que la tercera es la vencida.


Odio sentir su golpe. Yo ya estaba preparada y aunque doliera lo mismo, estaba acostumbrada al dolor, sabía cómo manejarlo, pero esta vez me olvidé y acá estamos… otra vez. Carajos. Odio esto. Estaba en paz esperando lo peor, o lo malo, al menos. Esperar lo malo siempre te deja contenta cuando en su lugar llega algo bueno, me gusta este funcionamiento que tenía, práctico, cómodo. Pero no, tenía que olvidarme de lo malo y creer que ya no volverían. El optimismo es un enemigo disfrazado de amigo. Las heridas dejan cicatrices, no debería olvidarme de eso. Había hecho las paces con que esto me seguiría por el resto de mi vida, pero ahora me pregunto «¿cuánto va a durar?» y si «¿alguna vez se van a ir del todo?». Quiero volver a pensar como pensaba antes, pero no sé si pueda. La esperanza es un cuchillo de doble filo.


Como sea, malitos bajones, ¡hasta la próxima! No se preocupen, los voy a estar esperando.




Atte., Jane Doe.

Reading Time:

domingo, 14 de marzo de 2021

Nostalgia
marzo 14, 20210 Comments

 







Querida nostalgia,


Según la Real Academia «Nostalgia» es «Tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida.» Lo que me desconcertó, nunca te asocié con algo negativo. Y la etimología dice que venís del latín moderno nostalgia que viene del griego νστος nóstos 'regreso' y -αλγα -algía '-algia', y «algia» significa 'dolor'; lo que literalmente significa «regreso del dolor». ¿Qué? ¿En serio? No sabía que tenías connotación negativa, pesé que eras una palabra neutral, y dependiendo de la persona y el recuerdo, podías ser negativa o positiva. Para ser sinceros, generalmente te vi con ojos positivos.


Me considero una persona nostálgica. Soy de releer libros muy seguido, de ver películas una y otra vez, de ver mis series preferidas de principio a fin más de una vez, soy de escuchar canciones para que me transporten a determinado período de tiempo de mi vida, los olores son capaces de transportarme también, incluso el clima. Nunca vi eso como algo negativo. Y esto va a sonar súper meloso y asqueroso, pero es como esas pequeñas cosas del día a día que no vemos a primera vista pero que son capaces de transportarnos al pasado por un rato… no voy a decir magia porque: guácala; pero está implícito.


Siempre me pareció algo bueno mirar cada tanto al pasado. Ya sean buenos o malos recuerdos (nos los vergonzosos, a esos no los tolero). Si son buenos, son alegrías de la vida, si son malos son un recuerdo de lo lejos que llegaste, y si todavía no llegaste tan lejos como quisieras, es un recordatorio de seguir empujando para adelante.


Hoy en día todo es el presente, el ya, el ahora; no hay tiempo para perder tiempo, no hay lugar para pensar en el pasado, y yo tiendo a dejarme llevar por ese pensamiento bastante seguido; pero a veces es necesario parar por un rato, respirar hondo y, pensar, recordar. Si vivís corriendo, no estás viviendo realmente. Nadie le va a ganar al tiempo, es imposible, solo hay que hacer las paces con él y el peso se esfuma en el acto. Creo que una vez en paz con el tiempo, vos venís como compañera adicional.



Atte., Jane Doe.

Reading Time:

domingo, 24 de enero de 2021

Con un poco de empatía
enero 24, 20210 Comments

 





Querida empatía,


Siempre tuve una relación complicada con vos. A veces te hacés sentir con demasiada fuerza, a veces es demasiado para un solo cuerpo. Pero esta vez no es empatía el problema… es la del resto; y no por exceso, sino por falta de ella.


«Como a mí no me afecta, y aunque sé que puedo joder a otro, allá ellos». Desafortunadamente vivimos en sociedad, no podés simplemente lavarte las manos del de al lado cuando vos también tenés parte de culpa y responsabilidad. Así no es como funciona. Sé que a veces cuesta ponerse en los zapatos del otro, pero, de vez en cuanto, para mantener ese poco de sentido común y humanidad, es altamente recomendable.


Hay momentos para ser egoístas, y hay momentos en los que ser solidarios y conscientes. No cuesta mucho poner en funcionamiento esas últimas dos neuronas, ¡vamos que tú puedes! Solo aportando un grano de empatía cada uno podemos mejorar un montón como sociedad.


Simplemente eso, a veces, querida empatía, se te necesita con más fuerza que otras y en estos días se te necesita más que nunca.



Atte.; Jane Doe.


Reading Time:

domingo, 17 de enero de 2021

De ahora en adelante, solo para arriba
enero 17, 20210 Comments

 




Querida constancia,


Los principios son generalmente problemáticos. Cuesta pasar esa primera meta, pero una vez que la cruzás, el resto se hace en una patada. Pero ojo, no digo que sea pan comido, solo que es mucho más fácil. ¿Y el ingrediente más importante para hacerlo? La constancia. Seguir con la mirada en la meta, no desconcentrarte con lo que pasa alrededor, no dejarte llevar por lo que quiera sacarte del camino. Todos tenemos nuestros propios tiempos, cuán rápido lo alcances no importa, sino que llegues allí.


Al final todo se reduce a fuerza de voluntad, supongo. Cuesta, pero la satisfacción de lograrlo… eso nadie te lo quita. El trabajo duro tiene sus recompensas cuando seguís. Cansado pero satisfecho, así llegás al final. Bueno, al final que tampoco es final, es solo otro comienzo, ahora tenés que ver esa otra meta más allá, de ahora en adelante solo para arriba.


Así que, fuerza de voluntad, te agradezco por ayudarme con mi querida constancia. ¡Y a seguir por este camino que vamos bien!



Atte., Jane Doe.


Reading Time:

domingo, 3 de enero de 2021

Queridas metas
enero 03, 20210 Comments

 






Queridas metas,


Nuevo año, nuevo yo, ¿no? No, no creo que sea así como funciona. Para mejorar no necesitás una fecha específica, solo necesitás empezar a hacerlo y ya está. A mí no me funciona eso de «el lunes arranco» y cosas por el estilo, me funciona si lo hago en cuanto me lo propongo. Lo mejor es empezar de a poco, algo que sea fácil y sepas que vas a cumplir, a medida que vas avanzando, vas aumentando el nivel.


El otro punto importante es la consistencia, por pereza o porque «ya no es tan fácil» no sirve para bajar los brazos. Hay que seguir, aunque estés cansado, siempre van a haber días mejores que otros, es así como funciona.


Yo ya hice las paces con ustedes, ¿no, queridas metas? Ya no les tengo miedo, ya no las esquivo, ahora las alcanzo. Porque se siente increíble sentir que llegaste a esa meta, por más pequeña que sea, porque nunca es insignificante. Así que, a hacerlas contar.



Atte., Jane Doe


Reading Time:

domingo, 13 de diciembre de 2020

«Placeres culposos»
diciembre 13, 20200 Comments

 





Queridos «placeres culposos»,


Ya te escribí antes, pero seguís haciéndome dudar de vez en cuando antes de responder alguna que otra pregunta. De todas maneras, sigo ganándote, pero me parece que es necesario hacerte esta última carta.


Es increíblemente molesto sentir vergüenza sobre algo que te gusta. Un estilo de música, una banda, una película, un libro, etc. Si realmente te hace bien y no lastima a nadie, ¿por qué sentir vergüenza?


Cuando me preguntan «¿cuál es tu libro preferido?», ¿por qué me siento mal y me cuesta responder con sinceridad? Porque sé que puedo decir sin miedo y con confianza que mi libro preferido es Crepúsculo, o al menos es uno de mis preferidos. Ese libro fue el inicio de todo para mí, es el libro que me abrió las puertas de la literatura, me ayudó mil veces mientras crecía, fue mi respiro de aire puro incontables veces, era mi lugar seguro, me dio fuerzas para seguir cuando estaba cansada. Y podrá no gustarle a muchos, podrá no ser el mejor libro alguna vez escrito, pero es ese libro para mí. No debería sentir vergüenza por ello, ya sea que tenga o no una razón para gustarme.


Sinceramente no entiendo la necesidad de algunos de burlarse de lago que es positivo para otro. ¿Tendrán algún problema no resuelto y por eso recurren a la burla? Ya sé que sí. Porque eso sería reflejar sus inseguridades en alguien más, no proyecten, gente.


Pero bueno, ahora ya estoy en un punto en el que digo tranquilamente y como si nada: me encanta Crepúsculo. A pesar de los años sigue teniendo un lugar importante en mi corazón. Y, dejame decirte, querida vergüenza, nada se siente tan bien como ser auténtica y no tener miedo. No hay suficiente tiempo en la vida para ir amargándose por pelotudeces como el «qué dirán». Si te gusta, te gusta y a otra cosa mariposa. Ya fue. Si no le gusta a la otra persona, es su problema.


Como sea, guasos hay para rato. No me queda de otra más que ignorar las boludeces de los demás y vivir mi propia vida. Así que, hasta nunca «placeres culposos».



Atte., Jane Doe.


Reading Time:

domingo, 6 de diciembre de 2020

Tengo que confesar...
diciembre 06, 20200 Comments

 





Querida debilidad,


Tengo que confesar que hay veces que simplemente sos demasiado. Hay veces que pesás demasiado. Hay veces que me hacés pensar demasiado en cosas que no debería, como en bajar los brazos y rendirme.


Algunos días es imposible no pensar: «¿Esto realmente vale la pena?». Algunos días nada tiene sentido, ni el camino que elegí seguir, ni mi carrera, ni mis sueños, ni yo, absolutamente nada. Algunos días es más fácil pensar en dejar todo. Algunos días simplemente estoy demasiado cansada de batallar contra esas voces negativas.


Pero, de alguna manera, siempre termino llegando al mismo destino: «No te queda otra más que seguir por acá. No hay nada más que sepas hacer, y lo que es más importante, no hay nada más que quieras hacer… o necesites hacer, si nos vamos por la ruta del dramatismo». Sin importar los caminos de pensamientos que tome, siempre llego a la misma concusión: «sé muy bien lo que quiero, y por más difícil que sea, voy a conseguirlo».


Es curioso, los sueños tienen eso, ¿no? Se transforman en pasión, que se transforma en el motor que te impulsa a seguir adelante, porque los sueños, son, al fin y al cabo, la meta final. Y yo no me doy por vencida con facilidad.


También confieso que hay veces que tropiezo y caigo, y que el dolor me hace perder la fe en mí misma, pierdo la esperanza, me enojo, me pongo triste (qué puedo decir, mi mayor debilidad es ser humana). Pero entiendo que la negatividad exagerada no sirve para nada.


Este 2020 nos golpeó a todos de mil maneras diferentes; de repente el camino que habías elegido está cortado. Sí, claro, tenés que tomarte tu tiempo para procesar todo, enojarte con el mundo y llorar las penas, pero ya está. No puede durar más de un rato. Ya nada se puede hacer al respecto, son cosas que escapan de tu control y nada vas a ganar enojándote y poniéndote mal, a otra cosa mariposa. Ahora no tenés más opción que hacerte otro camino; es muy probable que te consuma mucha más energía y tiempo, pero, ¿qué otra opción tenés? Darte por vencido no es una opción. No te queda otra más que seguir intentándolo.


Así que, querida debilidad, te cambio por las ganas de seguir… o más bien la necesidad de hacerlo.



Atte., Jane Doe.

Reading Time:

domingo, 29 de noviembre de 2020

No es una carrera
noviembre 29, 20200 Comments



 

Querida perspectiva,


La vida no es una carrera contra otros para ver quién llega a su meta antes. Aunque sí me gusta verlo como una competencia contra uno mismo para superarse. Pero claro está, siempre es necesario tomarse intervalos de descanso de vez en cuando para recuperarse, reordenarse y seguir abriéndote camino… y claro, nunca olvidarse de disfrutar el viaje.


Todos venimos de lugares diferentes, todos somos diferentes y queremos cosas diferentes en la vida; no tiene caso compararse con otros. En vez de desperdiciar ese tiempo y energía en comparaciones sin sentido con el de al lado podrías usarlos para superarte a vos mismo. Muchas veces es mejor mirarse a un espejo que al costado. Para triunfar, lo tenés todo vos; «el cambio viene de adentro».


Conocerse a uno mismo lleva un montón de tiempo, pero una vez lo hacés, todo se hace más fácil. Cuando sabés lo que te gusta y lo que no, sabés hacia dónde avanzar, cuando sabés cuál es tu meta sabés cómo plantarte ante lo que venga y tomar decisiones, cuando conocés tus límites sabés hasta dónde seguir. Está bueno mirar de vez en cuando para afuera, para tomar un poco de perspectiva, supongo, pero tampoco podés perderte mirando a los costados cuando tu objetivo está adelante en el camino, podés perderte y después encontrarse cuesta más (aunque todo es aprendizaje, ¿no?). La vida es una de rutas, caminos vecinales y empalmes, es fácil perderse y perder de vista el objetivo. Pero cuando sabés dónde está tu meta, vas haciendo tu camino hacia ella y a pesar de encontrar caminos cortados, baches en la calle y rutas que se cruzan y entrelazan con otras, vas a buscar la manera para desviar los obstáculos que se te crucen y volver al camino que te llevan a ella. Sin importar el tiempo que te lleve, si seguís intentando vas a llegar a destino, porque, acordate, no es una carrera.


Así que acordate: no pierdas de vista tu objetivo. No te olvides de tomar descansos para recuperar el aliento. Y más importante, ¡disfrutá del viaje mientras dure!



Atte., Jane Doe.


Reading Time:

domingo, 22 de noviembre de 2020

Todo termina
noviembre 22, 20200 Comments

 



Queridas despedidas,


Soy una de esas personas a las que les cuesta dejar cosas atrás (capaz por eso tiendo a ser tan cerrada). Dejar ir, decir ese último adiós, puede ser muy doloroso ya que se siente como estar perdiendo una parte de vos mismo. A veces es la mejor decisión, otras no; muchas veces, aunque sea lo correcto, duele de todas maneras.


Dejar ir cuesta, y más cuando en medio de uno y eso que parte hay años, alegrías, tristezas, aprendizaje, cariño… Está perfectamente bien tomarte el tiempo que necesites para llorar todo lo que tengas que llorar, no podés evadir el dolor, no podés ignorarlo tampoco, la única manera de superarlo es atravesándolo; así que no te queda otra más que armarte de valor y simplemente atravesarlo. Pero no podés quedarte estancado ahí.


Cuando las cosas terminan, y aunque duela como nunca antes nada dolió, hay que aprender a despedirse. Agarrarse con uñas y dientes a algo que ya no está, algo que se fue o algo que no es, nunca es saludable. De todas maneras, cuando fue algo positivo y querido, está bueno, muy de vez en cuando, volver a abrir ese baúl de los recuerdos encerrados y revivir esa época por un rato.


Todo termina, para bien o para mal. Así es la vida. Si estás preparado para dejar entrar, tenés que estar preparado para despedirte cuando llegue el momento. Como dice la letra de la canción Meet Me on the Equinox de Death Cab for Cutie, «Cariño, entendé que todo, todo termina».


Para dejar ir hay que despedirse como es debido, pero dejar ir no quiere decir olvidar por completo. No es sensato arrepentirse de una experiencia que te trajo aprendizaje, ¿no te parece?



Atte., Jane Doe.


Reading Time:

domingo, 15 de noviembre de 2020

Poder de voluntad
noviembre 15, 20200 Comments

 



Querido poder de voluntad,


Siempre escucho que cuando vas a empezar algo, lo que sea (tanto aprender algo nuevo como empezar a hacer ejercicio, etc.), lo más difícil son esos primeros pasos. Pero una vez le agarrás la mano y te hacés una rutina ya todo se hace más fácil. Bueno, para no faltar a mi mala costumbre, me pasa lo opuesto.


Me gusta cuando empiezo y todo es nuevo y complicado, es entretenido. Ahora, apenas me acostumbro, me aburro y termino dejándolo de lado. ¡No tiene sentido en lo más mínimo! Soy perezosa y me aburro fácil, esas dos juntas no son buena combinación.


Ya perdí la cuenta de todas las veces que intenté empezar a estudiar coreano, hace unas semanas empecé de nuevo… y hace como dos semanas que no estudio nada, otra vez. Esta semana también empecé a hacer ejercicio de nuevo, por ahora es todo camino de flores (por más doloroso y cansador que resulte ser, esa es mi parte fácil). Es como que la cabeza me juega una mala pasada… todo está en la cabeza, gente, todo está ahí arriba.


Me propuse retomar el coreano, y lo voy a hacer en serio porque me harta depender de los subtítulos, en serio. Esta vez voy a poner todo de mí para empezar y no abandonar, no me gusta dejar las cosas sin terminar, no cosas que disfruto y con las que sé que puedo.


Estoy intentando esto de ver personas que admiro y que me impulsan a no bajar los brazos, por ahora me dan ese empujón que necesito, ya sea música, historias inspiradoras o personas del mundo real, si ayuda, siempre es bienvenido. Pensá en los resultados, me digo, pensá en los resultados. Esta tiene que ser la vencida. No, esta va a ser la vencida. Fuerza de voluntad, esta vez me quedo de tu lado.



Atte., Jane Doe.


Reading Time:

domingo, 8 de noviembre de 2020

No quiero ser madre
noviembre 08, 20200 Comments

 



Queridas personas que tanto se preocupan por mi vida,


Si hay algo que detesto con cada célula de mi ser es que me digan lo que debería o no hacer con mi vida y mi cuerpo. No sé qué les hace pensar que está bien y pueden saber qué es mejor para mí cuando no son ellos los que tienen que vivir con las consecuencias de esas acciones. ¡Alguien ilumíneme!


Cada vez que digo que no quiero jamás, nunca, ni en un millón de años, ni por toda la comida en el mundo, ser madre y que no estoy particularmente interesada en casarme me quedan mirando como si hubiera perdido la cabeza. Y no obtengo estas reacciones de gurisas de mi edad (no por lo general, al menos, un avance supongo, ¡yupi!), sino de mujeres más grandes que yo y de hombres (vaya sorpresa, ¿no? Nótese el sarcasmo). Ni siquiera me dan la oportunidad de expresarles cómo me siento y pienso al respecto, ah, no, se me adelantan y le restan importancia con un: «cuando crezcas vas a querer hijos» y «todavía te falta madurar». Así que ser responsable me hace inmadura, interesante, se aprenden cosas nuevas todos los días. Antes me hacía hervir la sangre (y dependiendo de cómo me agarres, puede que todavía lo haga), ahora no me queda más que mirarlos con lástima, son todo lo que jamás querría ser.


De chica me ponía como una fecha límite: bueno, hacé todo lo que quieras hacer antes de los treinta porque en esa década te tenés que embarazar, no antes, no después, ahí. A los treinta termina tu vida, ¡pero no importa porque otra empieza! (¿Nadie más ve lo tóxico de ese pensamiento?) Y así vivía, estirándolo año a año, un año más, treinta y uno, otro más, treinta y dos, treinta y tres, treinta y cinco parece un buen número… después quedé en: ok, a los cuarenta, pero adoptá mejor a esa edad, no hace falta que lo tengas creciendo adentro, además, hay tantos niños que necesitan hogar… Y entonces me di cuenta, la epifanía me pegó y me pegó fuerte: podés elegir no ser madre. Fue como si el cielo se abriera y los ángeles empezaran a cantar, ese peso en mis hombros desapareció y frente a mí se abrieron un millón de caminos con la desaparición de la maternidad. Fue mágico, liberador, pude respirar tranquila. Mi vida y sueños ya no tenían fecha límite.


He aquí mis razones para tomar dichas decisiones (no que le tenga que explicar una mierda a nadie, pero acá va):


Primero que nada, ni me gustan los humanos (no la gran mayoría, de todas maneras) y los niños son particularmente molestos (no los odio, solo los prefiero a años luz de mí) y no los encuentro en lo más mínimo adorables (las caras que tengo que fingir cuando se supone que hacen algo «lindo» es doloroso. ¡Solo puso dos piedras juntas, por favor…!). No tengo una gota en mí de instinto maternal, crecí con la mejor madre que cualquiera pudiera tener (casi siento lástima por el resto) y me hace ver la maternidad como algo que es realmente importante, es crucial y particularmente difícil. Tenés que hacerlo todo lo mejor que puedas: dar todo, ser todo, sacrificar todo por tus hijos, ponerlos siempre antes, olvidarte de vos, al menos por los primeros veinte años de su existencia (imaginate el incremento en años si tenés más de uno). Tenés que estar dispuesto a ser un padre, y, claramente, yo no estoy para nada dispuesta a serlo. Lo tenés que hacer bien o no hacerlo en absoluto, por eso elijo no hacerlo.


Muchos dicen: «cuando tengas hijos te sale natural», pero la obvia verdad es que no pasa así con todos. Si todo se resolviera mágicamente para todos, entonces no habrían tantos bebés abandonados, violencia doméstica y humanos atrofiados, seamos realistas, gente. Si todo fuera magia y corazones, el mundo no sería la mierda que es. Y además, si lo haces lo mejor que podés, todavía te puede salir una patética excusa de ser humano. ¡Ugh, qué dolor de cabeza!


No me interesa pasar por los dolores y después hincharme como un pez globo (ya estoy lo suficientemente inflada como van las cosas), no shame a las embarazadas, no es mi intención ofenderlas, pero no quiero eso para mí. No quiero el proceso, no quiero el después, no quiero nada de todo eso. Ya hay demasiados humanos en el mundo, ¿para qué contribuir en algo tan negativo? Tengo otras cosas que quiero hacer en mi vida como viajar por el mundo, publicar libros, convertirme en una escritora, aprender nuevos idiomas, salir a bailar y volver a casa cuando salga el sol, conocer nuevas culturas, etc.; ser madre no entra, no hay espacio ni ganas para eso. Criar un humano es un gastadero de plata, energía, tiempo y vida; gracias, pero paso. Prefiero, después, cuando pueda darme el lujo de hacerlo, adoptar perros de la calle y darles la mejor vida que pueda, animales sobre humanos, naturalmente.


Sigo sin entender por qué carajos critican a las mujeres que eligen ser responsables; elijo no arruinarme la vida y la de otro probable ser humano inocente. Yo sé bien qué tipo de madre sería: la que no es madre, la que nunca quiso serlo, la que lo ve como una carga y algo que le arruinó la vida, la ausente, a la que le chupa un ovario la criatura; decime loca pero no me parece bien ser así. Yo sé que no puedo y no quiero, así decido no comprometerme solo porque debería aspirar a eso. Mi objetivo está en un lugar completamente diferente, bebé. Si querés y elegís ser madre, es completamente válido, ¡you go girl! Andá por lo que querés, luchá con uñas y dientes por eso, justo como yo lo hago. ¿Por qué mi elección es menos valida que la tuya?


Solo quiero que todas las mujeres sepan que son más que vientres. Ser madre es una elección, no una obligación. Tu cuerpo, tus reglas. Tu vida, tus decisiones.




Atte., Jane Doe


Reading Time:

domingo, 1 de noviembre de 2020

Presentaciones
noviembre 01, 20200 Comments

 


Queridas presentaciones,


No hace falta ser así, ¿no te parece? Digo, ya es lo suficientemente incómodo por ser la primera vez que nos vemos, además tenés que agregarle las partes de «hablar de uno mismo». Con lo mal que se me da eso…


Cada vez que me piden que me presente mi cabeza automáticamente queda en blanco. Nada ahí arriba, blanco total, ni siquiera puedo modular bien. Viste cuando tenés que escribir tu CV, ¿no?, y tenés que poner tu nombre, edad, educación, lo básico. Pero entonces… entonces tenés que poner cosas en las que sos buena o te destacás pero tenés que tener título para eso, porque por ejemplo, no podés decir que sos buena en inglés y podés traducir sin un certificado que pruebe que lo podés hacer, a pesar de poder hacerlo sin problema. Pero… ¡soy buena comiendo, y durmiendo, y mirando películas, y leyendo libros y escuchando música (soy una persona muy dedicada)! Pero, nada de eso sirve para mucho, ¿no? Además, tampoco tengo un certificado para nada de eso. Entonces me rompo la cabeza pensando en algo que en lo que no me va tan mal y lo agrando. Y ahí estoy yo, tratando de sacar cosas donde sé que no hay demasiado con tal de tener algo, ¡lo que sea! ¿Cuenta como engaño? ¿Cuenta si mis intenciones son buenas… para mí al menos?


La cosa es que al menos ahí tengo tiempo para pensar y editar mis palabras, cuando estamos cara a cara y conocés a alguien en ese momento y te empiezan a preguntar cosas mi cerebro empieza a trabarse. Va más o menos así:


¿Que cuántos años tengo? ¿Hoy o…? ¿Qué estoy estudiando? Ja, esa, esa es una muy buena pregunta… ¿Qué significa este tatuaje? Prefiero no contarlo, es personal, pero siempre termino explicándolo (o parte de la verdad). ¿De dónde soy? Carajos. Y después viene la tan temida pregunta de: ¿Qué tipo de música escuchás? Y, bueno, escucho de todo un poco. Ahí se quedan mirándote espirando que elabores. Bueno, más que nada rock alternativo y… kpop. ¿Qué es eso? Música coreana. ¡Eh, pero no entendés nada! Sonrío, haciendo mi mejor esfuerzo por no ser grosera y mantener mis niveles de asocialidad al mínimo. Y, no, pero entiendo lo suficiente, la música es un idioma universal, si escucharas canciones en otro idioma lo entenderías. Pero cuando quiero saber el significado de las letras todo lo que hago es activar los subtítulos y, ¡puf! Ya sé sobre lo que cantan.


¿Viste cuando te ponés nerviosa y hablás demás? Siempre me pasa, y soy una de esas personas que casi ni hablan. Cuando hay más personas es más fácil librarse y no hablar, pero cuando solo somos yo y la otra persona… incómodo.


Bueno, como sea, por más que quisiera que las presentaciones dejaran de existir, no lo van a hacer. Mis prácticas en presentaciones van tan mal como al principio, pero capaz, algún día, por algún milagro divino, pueda hablar con normalidad con otro ser humano que no conozco.




Atte., Jane Doe.



Reading Time:

domingo, 25 de octubre de 2020

Maquillaje
octubre 25, 20200 Comments

 





Querida aceptación,


Soy el tipo de persona que prefiere no ir maquillada todo el día, soy del tipo que se enoja cuando el requisito en un trabajo es que esté maquillada cuando no les exigen lo mismo a los hombres; soy el tipo de chica que se enoja cuando le dicen que no está «arreglada» solo por no ocultar sus imperfecciones. No tengo nada en contra de las personas que se maquillan todos los días, simplemente no soy yo. Cada quién con lo suyo, pero no está bueno exigirlo cuando somos todos tan diferentes.


Desde chica me costó mirarme en los espejos, iba por la vida tratando de evitar mi reflejo. Pero cuando me maquillaba… cuando me maquillaba era la única vez que soportaba ver mi cara (no me gustaba verme, pero al menos era un poco más tolerable). Y eso me destruyó. Me destruyó disfrutar verme y no reconocerme, porque cuando me reconocía, me odiaba.


Elijo maquillarme cuando me pinta sacar esa parte creativa por ese lado, probar combinaciones de sombras y labiales. Ya no siento la necesidad de ocultar mis imperfecciones y que el maquillaje para mí es un arma de doble filo, así que lo uso con cuidado. Trato de usar el maquillaje para resaltar las cosas positivas que puedo encontrar en mi cara, pero no paso el límite de cambiar mi apariencia porque sé que es peligroso para mí hacerlo.


Alguien puede elegir no usar maquillaje porque simplemente no es ese tipo de persona. Porque no le importa, porque no le preocupa su apariencia, porque le importa y está cómoda con ella. Porque no se quiere lo suficiente como para tomarse el tiempo o porque se ama lo suficiente como para no hacerlo. Las razones de una persona para hacerlo pueden ser las razones de otra para no hacerlo.


Pero tampoco está bien que apunten con el dedo y critiquen a chicas que usan maquillaje todo el día todos los días de la semana (porque vaya que lo he escuchado). El maquillaje es una manera de expresión. Para muchas es relajante, unas aman el proceso, otras el resultado. Para algunas es una manera de pasar el rato y otras lo hacen por simple rutina.


El maquillaje puede ser tanto un arma defensiva, como un escudo. Puede ser otra obra de arte (en serio, ¡esos videos de maquillaje son fuera de serie! ¡El talento!), y también puede ser su pintura de guerra. Algunas lo usan para resaltar cosas de su personalidad, otras lo hacen para camuflarlo. Todos tenemos nuestras propias razones, y ninguna es más o menos válida que la otra. Diferente, no mejor o peor.


Lo cierto es que hay tantas realidades como personas en el mundo. Cualquiera que sea tu razón, está bien. Lo que no está bien es juzgarla por usar maquillaje, tampoco está bien juzgarla por no usarlo. Cada quién con lo suyo, es mucho mejor cuando nos apoyamos mutuamente. El maquillaje, nada más ni nada menos, es solo una manera de expresión, ya sea si está presente o no.



Atte., Jane Doe.




P.D.: Otro punto importante es el de los hombres, ¡ya déjense de joder a los hombres que eligen maquillarse! Como si el maquillaje los hiciera menos hombre… Tengo noticias: no lo hace, ¡no tiene sentido! Si a él le gusta y lo quiere hacer, ¿en qué carajos te afecta a vos? ¿No te gusta? No mires.


Reading Time:

domingo, 18 de octubre de 2020

18, 19, 20
octubre 18, 20200 Comments

 


Queridos 18, 19 y 20,


El otro día estaba escuchando una canción de Stray Kids, 19 se llama, y la letra simplemente me transportó en el tiempo. Por esos tres minutos y veintiséis segundos de duración de la canción volví a esos años raros: 18, 19 y 20. Esos años en los que no sos ni adolecente, ni adulto. Los años de transición, incómodos años en gris, donde no sos una cosa ni la otra. Con un pie en el pasado y otro en el futuro pero nunca en el presente. Al menos así fue para mí.


Cuando por fin cumplís 18 estás nervioso y ansioso y pensás que ya sos mayor… aunque realmente no te sentís mayor. ¡Al fin tenés toda esa independencia en las manos! Y cuando los 19 te golpean, te das cuenta de que no tenés ni la mínima idea de qué hacer con toda esa independencia. Toda esa ansiedad de los 18 a los 19 te aplasta y repentinamente, estás asustado y, más que nada, perdido. Hay miles de caminos y no sabés por cuál ir. La ciudad que representaba tu libertad y que a los 18 te parecía enorme, ahora solo es un conjunto intrincado de calles enredadas entre sí. Tanto que hacer, tantos lugares que conocer, tantas decisiones importantes que tomar… pero te falta experiencia para tomar decisiones, apenas te conocés a vos mismo, ¡cómo vas a poder tomar decisiones tan importantes! ¿Y si agarro el camino equivocado? Hubiera sido reconfortante que alguien me dijera: «Desde ya te aviso: seguramente tomes el camino equivocado, ¡y esa es la idea!». Pero todo te asusta, todo es demasiado brillante o demasiado oscuro, todo es demasiado ruidoso o demasiado silencioso, pero por sobre todo, todo es demasiado grande. La vida está pasando repentinamente muy rápido, por al menos solo un día, querés volver el tiempo atrás a cuando eras un adolecente despreocupado. Todo lo que querés es poner pausa y detenerte a recuperar el aliento. Y entonces caés en los 20. Los tan temidos, y a la vez tan esperados, 20. Salir de los 10 es emocionante y por sobre todo, abrumador. Pero dura poco, porque una vez que pasa un poco de tiempo, te das cuenta de que las cosas no son tan complicadas como lo imaginabas. Aprendés a caminar por esas calles enredadas, porque no importa el la ruta que elijas vos tenés tu brújula interna y, tarde o temprano, vas a terminar en donde deberías estar, porque vos mismo te estás abriendo camino hasta ahí. Sabés cuándo prender la luz y cuando apagarla, ni el brillo ni la oscuridad te intimidan ya. Aprendés a convivir con el ruido hasta que se transforma en simple música de fondo, el silencio ya no te incomoda, ahora te ayuda a descansar y aclara tu mente intranquila. Ya no te asusta elegir, ya no te asusta avanzar, poco a poco te vas haciendo de experiencias. Muchas caídas y un puñado de victorias, aprendés a aprender de todo, consciente o inconscientemente.


Una vez callás esas voces externas y tranquilizás esa única voz fuerte interna, ya nada ni nadie te para. Así que, un brindis por ustedes, mis queridos 18, 19 y 20. Ojalá los hubiera disfrutado más al atravesarlos, pero todo es experiencia, todo es otra batalla ganada en mi cinturón.


Atte., Jane Doe



P.D.: Para el que está leyendo esto: media pila, amigo y ponete a escuchar la canción con la traducción. Stray Kids tiene canciones bastante buenas con letras increíbles, tirá los prejuicios por la ventana (requisito primordial para entrar a este blog) y andá a escuchar la canción, te vas a estar haciendo un favor.


Reading Time:

domingo, 11 de octubre de 2020

Madurez
octubre 11, 20200 Comments

 


Querida madurez,


«Madurez» debería ser considerada una mala palabra. Como sea, aparentemente una vez te mudás sola esa palabra es indispensable para tu supervivencia (ya sé, de no creer).


Día uno en la nueva ciudad. Sola como un perro abandonado. Calor, mucho calor. Bien, bien, limpiaste el apartamento de arriba abajo (bueno, o de eso te tratás de convencer, total, las ventanas quedan para la semana que viene). Agua, te estás deshidratando. Uf, limpieza terminada, hora del baño. Genial, canilla tuerta, podría ser peor… siempre puede ser peor. Hora de enchufar la heladera, ¿¡saltó la llave?! Carajos, ¿dónde está la caja de fusibles? ¡Acá! Ah, pero están todos bien. Bueno, a bajar y subirlos a ver qué pasa. Nada. A mandar mensaje como loca por ayuda a tus familiares que viven en otra ciudad y hasta en otro país. Te recorrés el edificio pero nada de encontrar la maldita llave. Bueno, noche calurosa sin ventilador, solo espero que no me entre ningún bicho mientras duermo… y dormir es solo un decir.


Día dos, se resuelve el problema de la electricidad. ¡Hay heladera y hay ventilador! A terminar de limpiar el apartamento. Por la noche entra un bicho del tamaño de un picaflor. ¡Corré a tirarle mata insectos! De paso ya te intoxicás un poco vos misma. Encerrate en el baño. (Con voz de narrador de Bob Esponja) Media hora más tarde: finalmente te animás a salir transpirando como si hubieras corrido una maratón, mata insectos en mano. ¿¡Dónde está?! ¿¡A dónde se fue?! Inspeccionás todo el lugar con el lampazo para asegurarte que efectivamente, el insecto se fue por la ventana abierta. Genial, ni loca vuelvo a dormir con eso abierto. Hora de asarse para dormir, al menos tenés ventilador esta vez.


Hum, me pregunto qué tendrá preparado el resto de la semana para mí. Espero que sea mil veces más aburrido que los dos primeros días, por favor, por favor, menos acción.




Atte.; Jane Doe


P.D.: No… pero gracias por tanto. Me hiciste el amague querida madurez… dos semanas y el maldito COVID me obliga a retroceder esos pasos que había avanzado y tengo que volver a casa. Estoy segura que había pedido por menos acción. No importa, a mantenerse positivos, tarde o temprano, la tormenta siempre pasa.



Reading Time:

domingo, 26 de enero de 2020

Entre ese 98% y 2%
enero 26, 20200 Comments










Queridas ruinas,

Hay veces que me siento menos humana y más como una casa en ruinas. Siento que no siento nada. Pienso y pienso y mis ideas se traban en un espiral de desprecio y enojo continuo.

Muchas veces… ok, la mayor parte del tiempo siento enojo, rabia. Esa rabia pronto se transforma en ira reprimida, me atraviesa en oleadas como ecos que a pesar de ser fáciles de controlar, no me hacen la existencia más llevadera. Y cuando no siento eso (el otro 2% del tiempo), lo que siento es tristeza… no, tristeza no es la palabra. ¿Impotencia? ¿Desesperanza? Esa palabra que las encierre a todas ellas, cualquiera que sea esa palabra, si es que existe.

Entre la ira perpetua y la desesperanza agobiante no sé con cuál quedarme. Las dos son una verdadera mierda que me empujan a poner más candados en esta casa vacía que se cae a pedazos; de todas maneras, no se confundan, soy perfectamente consciente de mis acciones.

A pesar de todo, creo que más detesto ese breve infinito vacío que queda entre la transición desde ese 98% y 2%. Ese eco de la nada es más abrumador que la ira y desesperanza juntas; soy capaz de escuchar el retumbar de esas emociones que dejaron al pasar, pero no soy capaz de sentir nada.

Pero bueno, es lo que hay supongo.


Atte., Jane.

Reading Time:

domingo, 29 de diciembre de 2019

Nada me queda mejor que sentirme seguro de mi mismo
diciembre 29, 20190 Comments










Queridos dobles estándares,

Hay dos actitudes/palabras que me molestaron sobremanera en esta pasada semana.

Primero: (algo que encontré hilarante) hombres y mujeres sintiéndose ofendidos por ver tetas de otras mujeres. Digo, es obviamente obligatorio que las mujeres usen sostén ya que los pezones de la mujer son una fuente constante de «vulgaridad». Es completamente razonable que los pezones femeninos ofendan a los demás cuando las de los hombres se pasean por la calle desde que tengo uso de razón. Amigo, yo vengo viendo tetas masculinas desde bebé y no me ves quejándome por semejante ofensa (y todavía tengo que lidiar con el hecho de que la gran mayoría sean al menos cinco veces más grandes que las mías, shame on you all).

No se puede cambiar la mentalidad de la sociedad sin que alguien empuje el cambio. Si mis pezones te ofenden, mirá a otro lado, es tu problema no el mío, yo no tengo por qué lidiar con tus inseguridades.

Segundo: (esta me dio más lástima del criticón que risa por lo imbécil de semejante pensamiento tóxico) una persona diciéndole a otra que tiene que adelgazar. Los humanos no estamos para complacer la vista de los demás (bueno, no la mayoría de las veces y definitivamente este no era el caso). Si la persona 2 se siente bien, cómoda y feliz en su propio cuerpo, la personita 1 uno no es nadie para andar diciéndole qué hacer o dejar de hacer con su cuerpo. Todos venimos en formas y colores diferentes, no existe un único envase de belleza, hay miles, infinitos. No está bien lastimar a otro por tus propios cánones de belleza, es patético, necestitás mirarte a un espejo (uno metafórico).

Mi cuerpo es mío para hacer lo que me venga en gana con él. Ocupate de tus asuntos que yo me ocupo de los míos; porque, no lamento informarte, mi cuerpo no existe para complacerte, cariño.

Y como las reinas Little Mix ya cantaron en Strip:


Take off all my make-up 'cause I love what’s under it
Rub off all your words, don't give a uh, I'm over it
(Jiggle all this weight, yeah, you know I love all of this)
Finally love me naked, sexiest when I’m confident



You say I ain't pretty
Well, I say I'm beautiful, it's my committee
Say we too provocative
Still look at me, look at me, look at me, yeah



Peace out


Atte., Jane Doe

Reading Time: