Querida empatía,
Siempre tuve una relación complicada con vos. A veces
te hacés sentir con demasiada fuerza, a veces es demasiado para un solo cuerpo.
Pero esta vez no es mí empatía el
problema… es la del resto; y no por exceso, sino por falta de ella.
«Como a mí no me afecta, y aunque sé que puedo joder a
otro, allá ellos». Desafortunadamente vivimos en sociedad, no podés simplemente
lavarte las manos del de al lado cuando vos también tenés parte de culpa y
responsabilidad. Así no es como funciona. Sé que a veces cuesta ponerse en los
zapatos del otro, pero, de vez en cuanto, para mantener ese poco de sentido
común y humanidad, es altamente recomendable.
Hay momentos para ser egoístas, y hay momentos en los
que ser solidarios y conscientes. No cuesta mucho poner en funcionamiento esas
últimas dos neuronas, ¡vamos que tú puedes! Solo aportando un grano de empatía cada
uno podemos mejorar un montón como
sociedad.
Simplemente eso, a veces, querida empatía, se te necesita
con más fuerza que otras y en estos días se te necesita más que nunca.
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