Queridos 18, 19 y 20,
El otro dĂa estaba escuchando una canciĂłn de Stray Kids, 19 se llama, y la letra simplemente
me transportó en el tiempo. Por esos tres minutos y veintiséis segundos de
duración de la canción volvà a esos años raros: 18, 19 y 20. Esos años en los
que no sos ni adolecente, ni adulto. Los años de transición, incómodos años en
gris, donde no sos una cosa ni la otra. Con un pie en el pasado y otro en el
futuro pero nunca en el presente. Al menos asĂ fue para mĂ.
Cuando por fin cumplĂs 18 estás nervioso y ansioso y pensás que ya sos mayor… aunque realmente no te sentĂs mayor.
¡Al fin tenĂ©s toda esa independencia
en las manos! Y cuando los 19 te golpean,
te das cuenta de que no tenĂ©s ni la mĂnima idea de quĂ© hacer con toda esa
independencia. Toda esa ansiedad de los 18 a los 19 te aplasta y repentinamente,
estás asustado y, más que nada, perdido. Hay miles de caminos y no sabés
por cuál ir. La ciudad que representaba tu libertad y que a los 18 te parecĂa
enorme, ahora solo es un conjunto intrincado de calles enredadas entre sĂ.
Tanto que hacer, tantos lugares que conocer, tantas decisiones importantes que
tomar… pero te falta experiencia para tomar decisiones, apenas te conocĂ©s a vos
mismo, ¡cĂłmo vas a poder tomar decisiones tan importantes! ¿Y si agarro el camino equivocado? Hubiera sido reconfortante que
alguien me dijera: «Desde ya te aviso: seguramente tomes el camino equivocado, ¡y esa es la idea!». Pero todo te
asusta, todo es demasiado brillante o demasiado oscuro, todo es demasiado
ruidoso o demasiado silencioso, pero por sobre todo, todo es demasiado grande. La vida está pasando repentinamente muy rápido, por al
menos solo un dĂa, querĂ©s volver el tiempo atrás a cuando eras un adolecente
despreocupado. Todo lo que querés es poner pausa y detenerte a recuperar el
aliento. Y entonces caés en los 20.
Los tan temidos, y a la vez tan esperados, 20. Salir de los 10 es emocionante y por sobre todo, abrumador. Pero dura poco, porque una
vez que pasa un poco de tiempo, te das cuenta de que las cosas no son tan complicadas
como lo imaginabas. Aprendés a caminar por esas calles enredadas, porque no
importa el la ruta que elijas vos tenés tu brújula interna y, tarde o temprano,
vas a terminar en donde deberĂas estar, porque vos mismo te estás abriendo
camino hasta ahĂ. SabĂ©s cuándo prender la luz y cuando apagarla, ni el brillo
ni la oscuridad te intimidan ya. Aprendés a convivir con el ruido hasta que se
transforma en simple mĂşsica de fondo, el silencio ya no te incomoda, ahora te
ayuda a descansar y aclara tu mente intranquila. Ya no te asusta elegir, ya no
te asusta avanzar, poco a poco te vas haciendo de experiencias. Muchas caĂdas y
un puñado de victorias, aprendés a aprender de todo, consciente o
inconscientemente.
Una vez callás esas voces externas y tranquilizás esa
Ăşnica voz fuerte interna, ya nada ni nadie te para. AsĂ que, un brindis por
ustedes, mis queridos 18, 19 y 20. Ojalá los hubiera disfrutado más al
atravesarlos, pero todo es experiencia, todo es otra batalla ganada en mi
cinturĂłn.
Atte.,
Jane Doe
P.D.: Para el que está leyendo esto: media pila, amigo y ponete
a escuchar la canciĂłn con la traducciĂłn. Stray
Kids tiene canciones bastante buenas con letras increĂbles, tirá los
prejuicios por la ventana (requisito primordial para entrar a este blog) y andá
a escuchar la canciĂłn, te vas a estar haciendo un favor.
No hay comentarios.:
Gracias por dejar tu opiniĂłn :)