Para la reseña de este libro del mes tenemos al famoso bestseller de romance sobrenatural: Hush, hush. ¡A prepararse y que comience el viaje!
Becca Fitzpatrick es una escritora estadounidense que
luego de graduarse en la licenciatura de Ciencias de la Salud de la Universidad
Brigham Young, trabajó como secretaria, maestra y contadora para finalmente
dedicarse a escribir. Para el personaje de Patch Cipriano, el interés amoroso
de la protagonista de la novela, ella se inspiró en un chico que conoció en la
escuela (secundaria). Nora Grey es una chica preocupada por sus estudios y
aparentemente normal, vivía su vida tranquilamente como cualquier otro hasta
que tiene que compartir pupitre con su misterioso compañero de clase, Patch.
Este chico tiene una oscura aura de peligro que termina intrigando a la joven,
quien se ve envuelta en extrañas situaciones que no consigue explicar. Hush, hush es una historia atrapante de
romance adolecente con toques de misterio que te mantiene pendiente de lo que
va a pasar a continuación.
En esta novela, ángeles caídos y demonios son lo mismo,
es bueno que lo aclaren de entrada porque dependiendo del autor, la mitología
puede variar.
«—Soy un hijo del Diablo —respondió.»
Prefacio, página 12.
Incluso antes de escucharlo decir una palabra, ya
sabemos que, sea quien sea este personaje, es un chico malo. Desde su postura,
a su actitud, su mirada, incluso su sonrisa.
De entrada no solo sabemos qué seres van a estar
involucrados en la historia (y sus habilidades sobrenaturales) sino también la
personalidad de uno de los (posibles/probables) personajes principales, así
como también de Chauncey (el que sabemos se va a convertir en el villano o
alguien que, por lo menos, traiga problemas más adelante). La altanería con la que
Chauncey se dirige hacia este, aparentemente, despreocupado ser desconocido, y la
manera en que se resiste tanto como puede (solo cedió después de ser torturado)
nos dice bastante de él también; él hace el juramento porque no le queda de
otra, pero también se jura vengarse de él. En solo unas pocas páginas ya
tenemos mucha información de dos personajes importantes para la trama
(independientemente si sabemos o no quiénes son).
«—Necesito un juramento de lealtad feudal —dijo
entonces el chico—. Inclínate sobre una rodilla y jura.
Chauncey ordenó a su garganta una risa áspera, pero
la garganta se cerró y ahogó el sonido. Su rodilla derecha se flexionó, como si
alguien le hubiese pateado la corva, pese a que detrás no había nadie, y él
cayó de bruces en el barro. Se retorció de costado y vomitó.
—Júralo —insistió el muchacho.
Chauncey tenía el cuello enrojecido de calor;
requirió de todas sus fuerzas para cerrar sus manos en dos puños débiles. Se
rió de sí mismo, incrédulo. No sabía cómo, pero aquel bribón le estaba
provocando náuseas y debilidad. Y no levantaría el castigo hasta obtener su
juramento. Diría lo que tenía que decir, pero jurándose a sí mismo que acabaría
con el autor de semejante humillación.
—Señor, me declaro vuestro hombre.»
Prefacio, página 13.
«Semejante humillación», estaría más asustada por mi
vida que por mi «honor» o lo que sea, pero bueno, todos tenemos diferentes
prioridades, supongo. Lo poco que Chauncey recuerda de los néfilim es que son
una raza vista como maligna, o algo que no debería existir; en lugar de
preocuparle o disgustarle, esta información provoca una reacción diferente en
él: «Un escalofrío que no le desagradó del todo lo recorrió de pies a cabeza»,
página 14.
Je, la parte en que Chauncey dice (ya todos sabemos
quién es el ángel caído) que Patch le provocaba náuseas me hace acordar a Nora
diciéndole que era el efecto que Patch le provocaba, cuando estaban en el
parque de diversiones. A medida que avanzamos en la novela podremos no tener ni
la más pálida idea de que Jules es Chauncey, pero tenemos nuestras sospechas (si
no lo sabemos y punto), de que el misterioso ser oscuro es Patch.
Me parece original e innovador el punto de que los
ángeles caídos no sientan nada físicamente y que solo poseyendo el cuerpo de un
néfilim (mitad humano mitad ángel caído) por el tiempo que dura el Jeshván puedan
sentir (amo leer novelas sobre caídos, demonios, ángeles y néfilim y hasta
ahora nunca leí nada remotamente parecido).
Sí, okay, entiendo que Vee es la típica amiga ruidosa y
sin filtro de la protagonista y que es un tema gastado, pero es una genia
(aunque prueba mi paciencia repetidas veces, lo admito). Mientras que Nora, es
la típica alumna correcta que si saca 1 punto debajo del máximo parece a punto
de morir del horror: «Mi nota oscilaba problemáticamente entre un sobresaliente
y un notable»; pero descubrimos que es así porque es responsable y le preocupan
sus estudios más que nada porque eso viene de la mano de oportunidades para
entrar a buenas universidades: «En mi mente ésa era la diferencia entre media
beca y una beca completa para el futuro», capítulo 2, página 29. También tiene
eso de que es un poco tímida pero no demasiado, de alguna manera la hacen un
personaje con el que muchos podemos identificarnos, tanto los un poco
introvertidos como los un poco extrovertidos; y eso con los lectores adolecentes
funciona de maravillas. Además, ya de entrada te ponen algo con lo que te
indentificás: los cambios de asientos forzados por ese único profesor pesado,
todos se quejaban cuando te hacían cambiarte del asiento de tu mejor amiga (esa
parte la sentí a un nivel celular).
Patch y sus miradas peligrosas y sus sonrisas torcidas:
la debilidad de muchos. A ver, hablando claro, entiendo que los lectores a los
que se tiene como objetivo son más que nada gurisas adolecentes, y lo era
cuando leí la novela por primera vez unos 7 años atrás… pero Patch, ¡por dios!, hace resurgir la adolecente en mí (¿soy la
única?). Él es como la mezcla del compañero repetidor molesto y el engreído
odioso, pero misterioso y atractivo y peligroso… el compañero que nunca tuve
(para peor está basado en un compañero molesto de la escritora. Ya me veían a
mí en el fondo del salón rezando todos los benditos días del año escolar porque
el Patch de mi pueblo aburrido apareciera mágicamente y metiera algo de acción
en mi rutina)… aunque, en mi cabeza, y más ahora de grande, debería restarle la
parte de acosador homicida. Gracias, pero no, Patch, esa parte no. Me da
gracia la manera en que Nora nos presenta a él:
«[…] Conocía los nombres de todos mis compañeros…
excepto del de uno. El alumno transferido. El entrenador nunca se dirigía a él,
y al parecer él lo prefería así. Se sentaba con los hombros caídos en la mesa
de atrás, y sus fríos ojos negros miraban fijamente al frente. Siempre igual. A
veces me resultaba increíble que simplemente se sentara allí, día tras día,
mirando a la nada. Con toda seguridad pensaba en algo, pero mi instinto me
decía que probablemente era mejor no saberlo».
Capítulo 1, páginas 18 y 19.
Same, Nora, same. El orgullo de nuestra protagonista
está en juego y aparentemente es más fuerte que su instinto de supervivencia.
No la culpo.
«Metió la mano debajo del asiento de mi silla y la
arrastró hacia sí. Dudé entre apartarme, demostrándole así que estaba asustada,
o no hacer nada y fingir que me aburría. Opté por lo segundo.»
Capítulo 1, página 21.
Que conste que eso pasa justo después de que el
«confiesa» en «broma» estar acosándola… pero supongo que todos tenemos
reacciones diferentes a ello.
«—Allá va mi nuevo compañero —dije señalando la
espalda de Patch en el pasillo. Caminaba de un modo irritantemente seguro, el
tipo de andar que combinaba bien con camisetas estampadas y un sombrero de
cowboy. Patch no vestía ni lo uno ni lo otro. Era de la clase de chicos que
llevaban tejanos oscuros y botas oscuras.
—¿El transferido del último curso? Supongo que la
primera vez no estudió mucho. Ni la segunda —me lanzó una mirada astuta—. La
tercera es la vencida.
—Me da miedo. Sabe qué tipo de música me gusta. Sin
tener la menor pista dijo: “barroco” —mi intento de imitar su voz grave fue
bastante pobre.
—¿Un golpe de suerte?
—Además sabe… otras cosas.
—¿Como qué?
Suspiré. Sabía más de lo que yo quería admitir.
—Sabe cómo meterse debajo de mi piel —dije
finalmente—. Mañana hablaré con el entrenador y le diré que nos vuelva a
cambiar.»
Capítulo 1, página 24.
Las actitudes, palabras, sonrisas, miradas, tono de
voz… todo lo que Patch hace es para
tener un efecto visible en Nora. ¿Cuenta como manipulación? Porque ella se da
cuenta de que es eso lo que él quiere, meterse debajo de su piel, molestarla,
llevarla a hacer cosas que ella normalmente no haría; pero el orgullo de Nora
siempre puede más, y él lo sabe, por eso recurre a él para hacer con ella lo
que le viene en gana. Aunque, genuinamente, creo que él realmente no creía que
funcionaría cuando le dio el número de teléfono, Patch no creía que Nora realmente
fuera a verlo en el bar; quiero decir, ese era su plan, eso era a lo que él quería empujarla, pero no creyó que realmente fuera a funcionar.
Nora trata de recurrir a su madre para salirse la
situación «¿voy o no voy?». Porque
entre ellas tiene un acuerdo que siempre y cuando Nora se comporte, ella no
tiene que recurrir al pago de una niñera para tenerla vigilada; a Nora le gusta
este acuerdo ya que le da libertad, además de que, como ya establecimos antes,
es una adolecente muy responsable y razonable… o lo era antes de Patch. Pero
como su madre no contesta, opta por la bendita moneda. ¿Se le dice tener mala o
buena suerte a eso?
Nora no solo se va a un bar de mala muerte en el que
nunca puso pie dentro y al que claramente va gente peligrosa (además de que es
una menor); ¡sino que además se mete sin pagar! Esto definitivamente no es nada que ella esté acostumbrada a hacer, es
lo opuesto.
¿En serio, Nora? ¿Te da mala vibra? ¿Te parece
peligroso? ¿¡Recién ahora lo notás?! ¿¡Es en serio?! ¿¡Tenés ganas de morir o
qué?!
No sé qué tienen los personajes principales masculinos
que les encanta hablar con dobles sentidos y decir la verdad como si fuera un
chiste para que la otra persona así lo piense, cuando no. Ojo, no me quejo, es
una simple observación. Soy amante del sarcasmo y todos sus parientes cercanos.
«—Has dicho unas pocas preguntitas. Ya vas por la
cuarta.
—¿Religión?
—Religión ninguna… Culto.
—¿Perteneces a un culto? —me sorprendí, pese a que
debería haber disimulado.
—Resulta que necesito a una chica sana para un sacrificio.
Al principio había pensado en seducirla para ganarme su confianza, pero si ya
estás lista…
Lo poco que quedaba de una sonrisa desapareció de
mi rostro.
—No me estás seduciendo.
—Todavía no he empezado.
Bajé de la mesa y lo encaré. Me sacaba una cabeza
de estatura.
—Vee me dijo que eras un estudiante del último
curso. ¿Cuántas veces has suspendido Biología de cuarto? ¿Una? ¿Dos?
—Vee no es mi portavoz.
—¿Estás negando los suspensos?
—Estoy diciendo que el año pasado no fui al
instituto —sus ojos se mofaban de mí, lo que solo sirvió para fortalecerme.
—¿Hacías novillos?
Dejó el taco sobre la mesa de billar y con un dedo
me indicó que me acercara. No lo hice.
—¿Quieres oír un secreto? —dijo en tono
confidencial—. Nunca he ido al colegio. ¿Otro secreto? No es tan aburrido como
lo esperaba.
Estaba mintiendo. Todo el mundo iba al colegio.
Había leyes. Estaba mintiendo para fastidiarme.
—Crees que miento —dijo risueño.»
Capítulo 2, página 36.
A él le gusta hacer las preguntas, no contestarlas.
Vaya sorpresa. Las pocas respuestas serias que da son vagas, por decir algo. Él
solo está ahí para sacarle respuestas a Nora y molestarla tanto como sea posible.
Muchas veces, querida Nora, menos es más (me da
vergüenza ajena), no aclares que oscurece… solo digo que con decir la última
oración era más que suficiente.
«—Ese no es el mejor lugar para una marca de
nacimiento —dije, desconcertada al notar que la tenía casi en el mismo lugar
que mi cicatriz.
Con aire despreocupado, aunque discreto, tiró de su
manga para cubrirse la muñeca.
—¿Preferirías que la llevara en un lugar más
íntimo?
—No tengo preferencias al respecto —dudé de cómo
había sonado, así que añadí—: Si no la tuvieras me daría igual. —y remaché—: Tu
marca de nacimiento me trae sin cuidado.»
Capítulo 2, página 38.
Ella hace meses siente una presencia extraña que la
observa y la sigue, y piensa que es algo así como el espíritu de su padre
cuidándola y demás… pero esas cosas nunca son así de positivas cuando se trata
de historias como estas. Así que, o es Patch o alguien más.
Hay algo… raro… ¿¡quién carajos enseña educación sexual
de esa manera?! Fue hace bastante tiempo ya, lo admito, pero no tenía clases
raras como las que tienen ellos. Estas cosas no pasan en la vida real, o no deberían, me parece poco realista,
¿no? Todo eso de escribir en un pizarrón sobre los gustos y preferencias de los
alumnos al momento de elegir «pareja»… ¿cómo va a dejar que Patch se comporte
así con su compañera de asiento, ¿estoy viendo mal las cosas? Por favor,
déjenme saber si estas cosas pasan en la vida real. (Nada que ver con nada,
pero, ¿no les pasa que este profesor les hace acordar al entrenador de la serie
Teen Wolf?).
Es irónico que justo fueran con Vee a ver la película El Sacrificio… y después encima las
palabras de Vee que no ayudan para nada a los nervios de nuestra protagonista. ¡Me
encanta cuando hacen estas cosas en los libros!
«—¿Te lo imaginas? —dijo Vee—. Vivir toda tu vida
sin saber que la única razón de que te mantengas con vida es que serás usada
para un sacrificio.»
Capítulo 3, página 49.
Como siempre Vee es súper graciosa, y sí, Nora puede
ser de mente cerrada y testaruda y todo lo que quieras, pero no tiene nada de
malo que nunca le gustara nadie del colegio. Tiene su atención en otro lugar y
eso no está mal, la vida no se te va a desperdiciar por no salir con tipos (y
menos en el liceo, aprovechá la universidad para eso si te pinta, pero en el
liceo nunca te perdés de mucho). Así
que cero estrés, Nora, cero estrés.
Bueno, al menos la tiene clara. Resumió su dinámica a
la perfección.
Algo que más chica no me daba cuenta y ahora me
molesta: la manera en que plasman a Marcie. Vamos a dejar algo en claro: ella
no me cae bien, en lo más mínimo, se hace odiar, pero no me gusta la manera en
que es descrita. Sí, una menor vistiéndose de la manera en que ella lo hace no
está bien, cuando sos grande y sabés más, sí, elegí lo que quieras, allá vos,
hacé lo que carajos quieras con tu cuerpo, pero siendo adolecente… no. Para ser
grandes después hay tiempo de sobra, no nos adelantemos. El problema es que el
foco no está ni de cerca en su edad,
sino en cuánto maquillaje usa y su elección en ropa. Mujeres tirando abajo a otras mujeres nunca es pasable, me
pone incómoda. Podés solo hablar de la horrible persona que es sin decir que se
maquilla demasiado y se viste como una *biip*, ¿se entiende? La relación
entre ellas tres, Vee, Nora y Marcie es súper tóxica (desde body shaming a burlarse y atacar con
desórdenes alimenticios. Nada de eso es un juego, es algo realmente peligroso), y sí, Marcie lo empezó y uno no se puede
dejar pasar por arriba, pero no es la manera. Además, ¿su propia madre la hace
vestir ropa que una menor no debería
estar vistiendo para elevar las ventas en su negocio? ¿¡Qué madre usa así a
su hija?! ¿Por qué no se habla del problema de esta menor siendo explotada, de
cierta manera, por su cuerpo?
Como dije, Vee me cae bien la mayor parte del tiempo pero tiene montos en los que me desquicia. Nunca, y repito, nunca es atractivo el
acoso. Lo dice a la ligera como si no fuera nada, piensa que sería sexy que
Patch fuera un acosador y que pudiera tener antecedentes y órdenes de
alejamiento… no por ser «atractivo» se le va a dejar pasar que se comporte de
esa manera, nadie, nunca. ¡A levantar esos estándares, gente, porfas…!
«—¿Podemos hablar?
Él ya estaba de pie, así que se sentó en el borde
de la mesa.
—¿Qué pasa?
—Sé que no quieres sentarte a mi lado más de lo que
yo quiero sentarme a tu lado. Creo que el entrenador consideraría cambiarnos de
sitio si tú se lo pides. Si le explicas la situación…
—¿La situación?
—Que no somos… compatibles.
Se frotó la barbilla, un gesto maquinal al que me
había acostumbrado a los pocos días de conocerlo.
—¿No lo somos?
—No es una novedad.
—Cuando el entrenador me solicitó mi lista de
atributos deseados en un compañero, yo hablé de ti.
—Pues retíralo.
—Dije: inteligente, atractiva, vulnerable, ¿No
estás de acuerdo?
Lo hacía con el único propósito de llevarme la
contraria, lo que me ponía aún más nerviosa.
—¿Le dirás al entrenador que nos cambie de sitio o
no?
—Paso. Empiezas a gustarme.»
Capítulo 4, páginas 70 y 71.
A ver, si Nora no se dio cuenta hasta ahora que el
único propósito de Patch es meterse debajo de su piel y molestarla, no sé qué
estuvo observando todo este tiempo. Capaz era esa gota de esperanza de que su
compañero de asiento no fuera un lunático y que fuera solo paranoia suya que él
la siguiera y demás.
Cuando todos decimos que Patch hace que ella haga cosas
que nunca haría estando en su sano juicio, es verdad. Pero la cosa es que,
muchas veces, no es Patch, es ella solita que hace las cosas y lo pone como
excusa a él. Ella siempre tuvo eso dentro de sí, solo que ahora lo deja salir,
por él.
«[…] No podía creer que estuviera allí con la
intención de hacer algo ilícito. Últimamente estaba exhibiendo comportamientos
impropios. Primero había ido a buscar a Patch a un salón de juegos de mala fama
a altas horas de la noche. Ahora estaba a punto de fisgonear en su archivo de
estudiante. ¿Qué me estaba pasando? O mejor, ¿qué me estaba pasando con Patch,
que en todo lo relacionado con él yo no podía evitar proceder sin criterio
propio?»
Capítulo 5, página 73.
No me digas…
El aspecto sobrenatural misterioso de la novela es
atrapante. Lo era cuando lo leí por primera vez, y lo sigue siendo ahora que lo
releí otra vez. La niebla, el frío, la noche, ruidos extraños, sombras, etc. Es
genial.
Me parece súper tierno y gracioso cuando van al
Borderline y:
«—Cuatro chimis, una doble de crema mexicana, una
ración de nachos y una de frijoles —ordenó Vee sin consultar el menú.
—Un burrito —pedí yo.
—¿Querrán la cuenta por separado?
—No pienso invitarla —respondimos al unísono.»
Capítulo 5, página 78.
Amistad en su más puro estado.
Como lectora, viéndolo todo desde afuera, me río, pero
si fuera Nora estaría recontra asustada de Patch y sus tendencias de acosador.
Si ves que hay algo raro con un tipo, no te acercás más, te alejás todo lo que
podés de él, es simple. Aj, y encima Nora sigue hablando demás, empieza bien,
pero entonces sigue y se jode a ella misma.
«—Bueno, como te he dicho, tengo clases al día
siguiente —con la esperanza de convencerme a mí misma más que a él, añadí—. Y
si tanto te interesa esa fiesta, te aseguro que no iré.
Toma ya,
pensé, caso cerrado. Y le solté:
—En cualquier, caso, ¿por qué me invitas a mí?
Hasta ese momento me había convencido de que no me
importaba lo que Patch pensara de mí, pero entonces supe que me auto engañaba.
Y aunque ese pensamiento probablemente regresaría para obsesionarme, sentía
suficiente curiosidad por Patch como para ir con él a cualquier sitio.
—Quiero estar a solas contigo —dijo.
Mis defensas se reactivaron ipso facto.
—Escucha, Patch, no quiero ser grosera, pero…
—Sí, ya lo veo.
—¡Bueno, tú empezaste! —excelente. Una reacción muy
madura—. No puedo ir a esa fiesta. Fin de la historia.
—¿Porque tienes clases al día siguiente o porque te
da miedo estar a solas conmigo?
—Las dos cosas —se me escapó.
—¿Te dan miedo todos los tipos… o solo yo?
Puse los ojos en blanco, como diciendo
“no-pienso-responder-a-esa-pregunta-estúpida”.»
Capítulo 5, página 81.
Y acá vamos de nuevo con esa mentalidad tóxica de
mujeres siendo mejores que otras mujeres por lo que eligen o no hacer con su
cuerpo. Esto pasa en el capítulo 7, páginas 94 y 95; Dorothea (la empleada de
la casa) y Nora están hablando en la cocina, Dorothea dice: «Toda mujer
necesita reinventar su lado sexy. Dicho así me gusta.». Sí, sí, todo bien por
ahora. Y sigue con: «Mi hija se ha hecho implantes. Dice que lo hizo para ella
misma, pero, ¿qué mujer se pone tetas para ella misma? Son una carga. Se ha
puesto tetas para satisfacer a un hombre. Espero que tú no hagas estupideces
por un chico, Nora.» ¡Claro que una mujer se pone tetas por ella misma, ¿por
qué no te puede gustar verte al espejo y ver que tenés algo ahí arriba,
personalmente no lo haría, pero una mujer no cambia su aspecto de esa manera por
un hombre, lo hace por ella misma, no es tan difícil de entender; solo porque
tu vida gire en torno a un hombre, no quiere decir que la de las demás también
lo haga. Y sí, tener tetas grandes creo que podría ser una carga, tanto como
tener hijos, hay muchas mujeres que tienen hijos por razones externas a ellas y
me parece que eso es mucho más preocupante que un buen parte de tetas, pero
allá cada uno. Ahora, sí concuerdo con que no hay que hacer estupideces por ningún chico, ni nadie en general, per bue…
Todo misterioso y raro con Patch, pero pasó de 100 a 1000 en medio segundo. Un segundo Nora estaba tranquila, tratando de sobrevivir
a otro día de educación física y al siguiente tenía al acosador de su compañero
de clase hablándole en la cabeza… ¡telepáticamente!
Si ya antes no estabas asustada, creo que ahora es momento de empezar a
estarlo.
Entiendo que siendo adolescente estás más llena de
inseguridades y todo eso, todo es complicado, y más cuando se trata de la
persona que te gusta (es obvio que, como mínimo, Nora está interesada en
Patch), ahora, todo eso de no usar maquillaje porque él dijo que ella le
gustaba más sin maquillaje, justo cuando no sabés si vos misma te gustás más
con o sin maquillaje… no sé, solo digo que me resulta incómodo. Y más cuando
critican a Marcie por usar maquillaje.
Tengo que incluir la siguiente frase porque es
simplemente demasiado graciosa como para ignorarla.
«[…] Jules seguía su estela, con la frescura de un
trozo de carne de hace tres días.[…]».
Capítulo 7, página 100.
Una verdadera obra de arte.
Nora sabe que él es peligroso, eso está claro como el
día, ella sabe que hay algo raro con él y tiene segundas intenciones, sabe que
algo peligroso oculta… pero de todas maneras sigue acercándose a él, a pesar de
hacerse la difícil, sigue terminando ahí con él porque el peligro le atrae. Y
Patch es el peligro en persona. Entiendo que sea sexy, y no hay nada mejor que
un buen misterio para matar la monotonía, pero, ¡media pila, amiga! Patch tiene
un aire de acosador homicida, no podés estar tan desesperada. Nora estuvo a nada de ser asesinada por Patch en
la montaña rusa, es una muerte horrible, ¿estamos todos de acuerdo, no? ¿¡Dónde
está Vee para decirle «¡Amiga, despertá, reaccioná!», eh?!
«Al reanudar la marcha choqué contra alguien.
—Perdone —dije, tratando de recuperar el
equilibrio.
Patch me sonrió.
—Perdonada.
Lo miré entre parpadeos.
—Déjame en paz.
Traté de esquivarlo, pero me agarró del brazo.
—¿Qué te ocurre? Parece que fueras a vomitar.
—Es el efecto que me produces —le espeté.
Se rió y me dieron ganas de patearles las
espinillas.»
Capítulo 8, página 109.
(El diálogo del que hablaba al principio) Es el efecto
que debería producirte, querida Nora,
pero capaz si te lo repetís unas cuantas veces se hace realidad (spolier alert:
no lo hace). O sea, que no solo lo sigue y se sube a la montaña rusa del terror
donde casi muere, ah, no, sino que también se va en moto con él y lo deja
entrar a su casa, estando solo los dos en el medio de la nada (porque es ahí
donde nuestra protagonista vive). Hay decisiones estúpidas, y después está esta
monstruosidad. Pero supongo que habrá que culpar a las hormonas adolecentes… no
hay otra explicación.
«Había cambiado el cuchillo por otro de hoja más
grande y afilada.
Como si pudiera leerme el pensamiento, levantó el
cuchillo, examinándolo. La hoja lanzó destellos bajo la luz. Se me hizo un nudo
en el estómago.
—Deja ese cuchillo —le ordené serenamente.
Patch me miró y luego al cuchillo y después a mí
nuevamente. Lo dejó en la encimera.
—No voy a hacerte daño, Nora.
—Bueno… eso me tranquiliza —conseguí decir con la
garganta reseca.
Hizo girar el cuchillo, con el mango apuntado hacia
mí.
—Ven aquí. Te enseñaré a preparar tacos.
No me moví. Un brillo en sus ojos me decía que
no me fiara de él… y no me fiaba. Pero el miedo que me provocaba tenía algo de
atractivo. Sentía algo extremadamente perturbador al estar cerca de él. En su
presencia no podía fiarme de mí misma.»
Capítulo 9, página 121.
No, si las buenas decisiones se te siguen acumulando,
Nora. Esto del peligro siendo atractivo es lo que te obliga a seguir leyendo la
novela, estás como: «Bueno, ¿pero este Patch es bueno o no?». Lo peor es que querés que sea bueno porque ya tenés un
crush literario con él que nada te lo cura. Es como vivir la idiotez a través
de Nora, que ella sea la que toma las malas decisiones mientras los lectores
disfrutan de Patch en la seguridad del mundo real. Estas cosas solo pueden
terminar bien en la literatura y películas, no en la vida real.
No se me ocurre en este momento ningún otro personaje
que me de tanta vergüenza ajena como lo hace Nora. En serio, es horrible.
Cuando se disfraza para ir a sacarle información a los compañeros de trabajo de
Patch… ¡ay, qué horror! ¡Y después cuando él la descubre y la sigue hasta el
baño de mujeres (que no está nada bien)! Me causa dolor físico, lo juro. Tengo
suficiente con mi torpeza social para encima tener que lidiar con la de Nora.
Nora le dio al clavo cuando desconfió que la ex de
Patch podría estar siguiéndola. No era la única, claro, pero era una de los
tres locos (Patch incluido) que la andaban acosando por el pueblo.
El poder que tiene Patch para hacerla apagar ese botón
de racionalidad es de no creer. Realmente.
«Sentía el deseo inexplicable de ir hasta Bo y
justificar mi comportamiento anterior, pero la idea fue rápidamente descartada
por el simple hecho de que no tenía tiempo. Mi madre regresaría antes de lo que
me llevaría ir y volver. Por no mencionar que Patch no era la clase de chico al
que se podía perseguir y encontrar. Hasta ahora nuestros encuentros habían
sucedido según su agenda, no la mía. Siempre era así.»
Capítulo 14, página 182.
Esta mitología que la autora crea de los ángeles caídos
con las alas arrancadas y las cicatrices en forma de V invertida en la espalda
es interesante. Todavía mejor cuando se le agrega que tocando las cicatrices
podés ver en su pasado, o partes de él.
Cualquier madre responsable querría a un tipo como
Patch a años luz de su hija, así que es comprensible su reacción al conocerlo.
Y Patch, para no faltar a su tradición, tampoco ayuda en nada a la situación.
«—¿Es un ángel? —me preguntó Vee.
—¿Qué?
—¿Es un ángel o mantiene su imagen de chico
malo? Porque no me trago eso de que no ha intentado nada.»
Capítulo 19, página 233.
Creo que esa es otra de las cosas que hacen tan
atractivo a Patch. Claro que intentó algo con ella, pero cuando ella le dijo
que parara y se fuera, él lo hizo. Es un chico
malo, pero no una mala persona… ok,
no es siguiera una persona, persona…
y tampoco es bueno… pero, me entienden. Dentro de todo, respeta a Nora. Eso es
primordial, es básico, sin respeto no se va a ningún lado.
Y dale de nuevo con eso de juzgar a las personas con
respecto a su apariencia física. Ahora le toca al pobre camarero del
restaurante que nada tenía que ver con nada. Entiendo que es Nora la que nos
cuenta la historia, una adolecente, pero llega a cansar.
Ja, irónico tener que terminar llamado a tu acosador
con aire homicida para que te vaya a salvar. Como que querés ser Nora pero a la
vez definitivamente no querés serlo.
Así que Patch quería a nuestra adorada Nora para un
sacrificio. Ella no es humana, es néfilim (mitad humana, mitad ángel caído),
ella es descendiente de Chauncey, el néfil que sirve a Patch de «recipiente»
durante el Jeshván. Si lograba convencerla de matarse, sacrificarse, él se
convertiría en humano (lo que puede hacer con sus jueguitos mentales y demás).
O eso es lo que cree. En cambio, de salvarla, recuperaría sus alas y se
convertiría en ángel guardián. No hay nada más que Patch quiera más que
convertirse en humano. Bueno, hasta que apareció Nora. No sé qué espera él,
¿que ella le agradezca su bondad al no matarla? «Aww, muchas gracias por
arrepentirte de matarme a último momento, ¡qué amor!». ¿Es en serio? Aunque
deja de perder puntos cuando deja que ella le toque las cicatrices de nuevo
para ver en su pasado; comparado con lo que quería hacer no es nada, pero es
algo, un comienzo.
Bien, entonces él ahora ya no tiene intenciones de
lastimarla. Genial, pero tampoco puede esperar que ella confíe en él en un
abrir y cerrar de ojos después de saber lo que sabe.
«—Así que definitivamente no eres humano —dije—.
Eres un ángel caído. Un chico malo.
Eso le arrancó una sonrisa.
—¿Crees que soy un chico malo?
—Te apoderas de los cuerpos de otra gente.
Asintió.
—¿Y también quieres apoderarte del mío?
—Quiero hacer de todo con tu cuerpo, menos eso.
—¿Qué le pasa al tuyo?
—Mi cuerpo se parece mucho al cristal. Es real,
pero por fuera. Tú puedes verme y oírme, y yo te veo y te oigo. Cuando me
tocas, lo sientes. Yo no lo experimento de la misma manera. Yo no te siento. Lo
experimento todo a través de una lámina de cristal, y la única manera de
atravesarla es poseyendo a un cuerpo humano.»
Capítulo 24, página 292.
No lo justifico y no me parece bien que los ángeles
caídos hagan de los néfilim sus esclavos, haciendo lo que quieren con sus cuerpos
por ese período de tiempo. Pero también debe ser horrible no poder sentir
absolutamente nada; al menos físicamente.
Patch siempre sabe qué decir, eso se lo concedo. A
veces ni siquiera necesita decir nada, solo una de sus sonrisas y miradas y,
¡bum!, uno más que cae.
Dabria está mal de la cabeza, su obsesión con Patch
llegó más lejos que la de él por Nora. Realmente llega a ser patética, lo que
es triste, pero hay algo que Dabria dice sobre los humanos y la verdad no estoy
en total desacuerdo con ella.
«—¡Ni siquiera le importó que la chica estuviera
hecha del polvo de la tierra! ¡Todos vosotros son tan sucios y egoístas…! ¡Sus
cuerpos son salvajes e indisciplinados! Tan pronto alcanzan la felicidad caen
en la desesperación. ¡Es deplorable! ¡Ningún ángel aspira a eso! —se pasó el
brazo por la cara, secándose las lágrimas—. ¡Mírame a mí! ¡Apenas puedo
controlarme! ¡Llevo demasiado tiempo aquí abajo, sumida en la suciedad humana!»
Capítulo 25, páginas 304 y 305.
Ahora empieza la parte en que soy más que feliz
simplemente leyendo, porque estar en los zapatos de Nora sería demasiado. Mis
problemas de confianza no me dejarían confiar en Patch, y ella es reacia a
hacerlo, pero lo cierto es que tampoco tiene muchas más opciones. Si quiere
salvar a Vee, tiene que dejarse ayudar por él. Pero Nora quiere confiar en él, y en el fondo lo hace, aunque tiene sentido
que se resista un poco al principio, no la culpo por no hacer lo que él le
dice, no tiene muchas razones para confiar en él, en eso estamos todos de
acuerdo.
Qué te digo. Ya veo que van a haber muchas frases de
Patch y no voy a poder eliminarlas todas en la edición (si es que logro
eliminar alguna). Tener que confiar en tu acosador no debe ser asunto fácil,
bueno, a menos que tu acosador sea Patch y vos seas Nora, pobre… le falta
fuerza de voluntad… pobrecita… Tenía
que haberse alejado cuando podía, nunca es demasiado tarde, pero a veces… a
veces sí es demasiado tarde.
«—No voy a matarte, Nora. No mato a las personas
que son importantes para mí. Y tú eres la primera.»
Capítulo 26, página 317.
Como decía, es bueno con las palabras. Solo le creo
porque leí mil veces el libro, sino estaría gritándole a Nora que se alejara de
él y no le creyera una palabra. Si esto estuviera pasando en la vida real
(quitando las partes sobrenaturales), lo más seguro y cuerdo sería alejarlo, ya
sabés, si no querés terminar muerta ni nada por el estilo.
«—Estás invadiendo mi espacio privado —dije,
retrocediendo unos centímetros.
Patch apenas insinuó una sonrisa.
—¿Invadiendo? Esto no es un examen de admisión,
Nora.
[…]
—Me estás agobiando. Necesito… espacio.
Lo que necesitaba eran límites. Necesitaba fuerza
de voluntad. Necesitaba que me encerraran, pues una vez más quedaba claro que
no podía confiar en mí misma cuando Patch estaba presente. Tenía que marcharme
sin más demora, y sin embargo… no lo hacía. Trataba de convencerme de que si me
quedaba era porque necesitaba respuestas, pero eso era solo una parte. La otra parte era aquello en lo que no quería
pensar. La parte emocional. La parte contra la que era inútil luchar.
—¿Ocultas
algo más sobre mí? —quise saber.
—Oculto
muchas cosas sobre ti.
Mis
entrañas se revolvieron.
—¿Por
ejemplo?
—Por
ejemplo, lo que siento estando aquí contigo —apoyó una mano en el espejo detrás
de mí, arrimando su cuerpo—. No tienes ni idea de lo que haces sentir.
Sacudí
la cabeza.
—No.
Para. Esto no está bien.
—Hay
diferentes interpretaciones de lo que está bien —murmuró—. Todavía nos
encontramos en una zona segura.
Creo que mi instinto de supervivencia me
gritaba: “¡Corre y salva tu pellejo!” Desafortunadamente, la sangre me rugía en
los oídos y no podía oír con claridad. Y tampoco podía pensar con claridad.»
Capítulo 26, páginas 317 y 318.
La novela entera es Nora siendo consciente de lo
peligroso que Patch es, especialmente para ella. Y la novela entera es ella
ignorando por completo su instinto de supervivencia y dejándose llevar por las
hormonas. Pero al menos es consciente de ello, no ayuda mucho que se diga, pero
al menos lo sabe.
Complicada situación para Nora. Sabe que tiene que alejarse, pero de ahí a querer hacerlo… ja, sí, buena suerte. Y
después está el poder hacerlo, ella
es humana, ok, néfilim (todavía no lo sabe, además de que sus hablilidades, por así decirlo no se desarrollaron todavía), él un ángel caído, mucho más
fuerte que ella, no siente dolor físico y además con poderes adicionales; como
decía, muy buena suerte.
Gracioso. ¿Nora, ya te olvidaste que tu mejor y única
amiga está a punto de ser asesinada por un loco? ¿No, ya nos olvidamos de Vee?
Ok, ella no sabía que estaba a punto de ser asesinada, pero sabía que estaba en
peligro. Para besuqueos con Patch después hay tiempo, ahora Vee. Me ponen
ansiosa, a pesar de saber que sale todo bien… o dentro de todo bien.
Así que yo todo este tiempo sospechando de Elliot
cuando en realidad tenía que haberme concentrado en Jules, muy buena jugada.
Desconfié de él por un rato, pero Elliot es tan sospechoso que te olvidás del
resto, aunque Dabria desde que apareció daba malas vibras, desde que Nora dijo
que estaba convencida de que había sido una mujer la que había atacado a Vee.
Pero después, cuando Nora menciona a Elliot y Patch dice que nunca lo vio, ahí
ya empezás a sospechar de nuevo de él, todo callado y tranquilo y grosero
escondido allá al fondo.
«Me miró, pero enseguida algo llamó su atención por
encima de mi hombro. Las puertas del cine se abrieron y percibí a Patch detrás
de mí. Por su manera de aproximarse, no se diferenciaba mucho de una nube que
eclipsa el sol, oscureciendo sutilmente el paisaje, anunciando una tormenta.»
Capítulo 27, página 326.
La curiosidad me quedó picando, ¿quién pinchó las
ruedas del jeep de Patch? ¿Fue solo un apostador que perdió? ¿Elliot y Jules? ¿Dabria?
¿Quién? ¿…Rixon…?
Y entonces Nora entra a la escuela y encuentra Jules
muerto. Se te caen las sospechas de que él podría ser el malo. ¿Así que Elliot
de nuevo? Es un ida y vuelta de quién es el malo y quién no, me gusta. Pero
claro, Jules es un néfil, puede hacer que Nora vea cosas que no son verdad,
como Patch. Lo que sí, no creo que alguna vez sospechara de Vee, ¿alguien sí lo
hizo? Porque tendría sentido hacerlo.
Ahora, Jules es un loco enfermo asqueroso al que le
gusta jugar con las personas. Es todavía peor que Patch, mil veces peor. De
todos los horrores que este enfermo hizo, ¿¡por qué carajos tenía que lastimar
caballitos?! ¿¡Y encima pretende que le tengas simpatía, o al menos que
entiendas su proceder?! No. Dejaste de ser una víctima cuando convertiste a
otros en víctimas. Es horrible lo que le pasa, pero nunca justifica sus
crímenes.
«—Cada año, a comienzos del mes hebreo de Jeshván,
él toma posesión de mi cuerpo —continuó—. Durante dos semanas enteras, tiempo
durante el cual cedo las riendas de mi existencia. No dispongo de libertad ni
capacidad de elección. Durante esas dos semanas no puedo liberarme, pues presto
mi cuerpo a otro ser. Podría convencerme a mí mismo de que nada está
ocurriendo, pero no, imposible, permanezco ahí, prisionero dentro de mi propio
cuerpo, viviéndolo a cada instante. ¿Sabes lo que se siente? ¿Tienes alguna
idea? —gritó.»
Capítulo 28, página 337.
Eso de que heredó los rasgos de embaucador de su padre
me hace querer saber qué ángel caído es su padre. Porque Lucifer es conocido
por ello… pero capaz sea otro.
«—Ponte en mi lugar —dijo—. Tu cuerpo invadido año
tras año. Imagina un odio tan intenso que solo la venganza puede aliviar.
Imagina la cantidad de energía y recursos invertidos para vigilar de cerca tu
objetivo de venganza, esperando pacientemente el momento en que el destino te
conceda la oportunidad no solo de desquitarte, sino de inclinar la balanza a tu
favor —clavó sus ojos en los míos—. Tú eres esa oportunidad. Si te hago daño,
se lo haré a Patch.
—Estás sobrevalorando lo que Patch siente por mí —repuse,
la frente perlada de sudor.
—Llevo siglos observando a Patch. El verano
pasado hizo la primera visita a tu casa, aunque tú no lo notaste. Te siguió
algunas veces cuando ibas de compras. De vez en cuando se desviaba de su camino
para cruzarse contigo. Luego se matriculó en tu colegio. Me pregunté qué tenías
de especial y me esforcé por averiguarlo. Hace tiempo que te observo.»
Capítulo 28, página 339.
Ugh. Qué repulsivo darse cuenta de que la presencia que
ella sentía y creía ser su padre cuidándola, era en realidad Jules, un loco que
solo esperaba el momento adecuado para atacarla. Así que acosador número uno,
Patch, atrajo a acosador número 2, Jules. La verdad que llena de emoción la
vida de Nora.
«—No quería que Patch sospechara y se echara atrás —continuó—.
Así que Elliot entró en escena y no tardó en confirmarme lo que ya suponía.
Patch está enamorado de ti.»
Capítulo 28, página 339.
Extrañas sus maneras de demostrar afecto, pero supongo
que todos tenemos método diferentes de demostrarlo. Algunos prefieren regalar
rosas, otros se debaten entre si matar a la persona que les gusta para un
sacrificio o no.
Hay cosas que me siguen molestando sobre la manera en
que se trata el tema de que Patch no la mate a Nora. A ver, para empezar, está
mal, y ta, eso, para terminar también está mal. No es noble que renuncie a
sacrificarla y así renuncie a su oportunidad de convertirse en ser humano
porque la ama; es solo sentido común. Las personas buenas no van por ahí
matando, y sí, Patch ni siquiera es una persona, pero no es algo de “wow, qué
buen tipo resultaste ser” solo porque no la mató. No.
«Miré hacia abajo, pese a que me mareaba. Patch
permanecía inmóvil tendido en el suelo, como si estuviera muerto. En ese
instante deseé retroceder en el tiempo y revivir cada momento con él. Otra
sonrisa secreta, otra risa compartida. Otro beso ardoroso. Encontrarlo a él
había sido como encontrar a alguien a quien no sabía que andaba buscando. Había
aparecido en mi vida demasiado tarde, y ahora se estaba marchando demasiado
pronto. Lo recordé prometiéndome que renunciaría a su propio cuerpo humano para
que yo pudiera vivir.»
Capítulo 29, página 352.
Intenso. ¿Qué es esto? ¿Romeo y Julieta? Esos dos ya
son lo suficientemente tóxicos e intensos por sí solos, no necesitamos más de
esos. Se acaban de conocer y ella descubre que él se acercó a ella solo para
matarla y que a último momento se arrepintió… ¿o me equivoco?
«Entró y cerró la puerta, y yo supe que era su
manera de dejar fuera todo lo malo. Estaba poniendo una línea divisoria entre
todo lo que había ocurrido y yo. Se acercó y se sentó en la cama a mi lado.»
Capítulo 30, página 356.
Ok, cute.
Me gusta eso del toque de la pluma negra que deja atrás
Patch. Además de que después (en el último libro), juega un rol importante.
Bueno, no creo que Patch y Nora sean los más tóxicos,
su comienzo es cuestionable (y el segundo libro me saca de las casillas), pero
él es bueno con ella, como debe ser. Es una historia sexy (todo lo sexy que hay
es Patch) de primer amor adolecente. Conclusión: Patch sigue siendo uno de mis
crush literarios, eso no cambió. Fin de la transmisión.
«—Todavía tenemos mucho de que hablar —dije.
—¿Hablar? —negó con la cabeza, con expresión de
deseo.
“¿Y si te beso?”, susurró en mis pensamientos.
No fue una pregunta, sino más bien una advertencia.
Sonrió al ver que yo no protestaba, y aceró su boca a la mía. El primer
contacto fue solo eso, un contacto. Muy suave. Me relamí y su sonrisa se
acentuó.
—¿Más? —me preguntó.
Enredé las manos en su pelo, atrayéndolo hacia mí.
—Más.»
Capítulo 30, página 364.
Hace años que estamos en veremos con esto de las
adaptaciones. Cuando al final vimos la luz de que podría volverse realidad, el
maldito Corona. Ahora pasó de película a serie. Al parecer va a salir una
serie, tenemos a los personajes principales, Patch y Nora, quienes van a ser
interpretados por Wolfgang Novogratz y Liana Liberato. Dicen que va a salir y
no nos preocupemos, pero hasta ahora nada de avances, y todo esto lo anunciaron
en 2018. Cada tanto suben partes del guión, pero eso es todo y ahora dijeron
que como no tenía nuevas noticias iban a dejar se subir cosas en su Instagram,
al menos de momento. Yo ya no sé si seguir teniendo esperanzas, pero dicen que
es lo último que muere. Así que no queda más que esperar.
¡Hasta la próxima!