Querida
madurez,
«Madurez»
deberÃa ser considerada una mala palabra. Como sea, aparentemente una vez te
mudás sola esa palabra es indispensable para tu supervivencia (ya sé, de no
creer).
DÃa uno en la
nueva ciudad. Sola como un perro abandonado. Calor, mucho calor. Bien, bien,
limpiaste el apartamento de arriba abajo (bueno, o de eso te tratás de
convencer, total, las ventanas quedan para la semana que viene). Agua, te estás
deshidratando. Uf, limpieza terminada, hora del baño. Genial, canilla tuerta,
podrÃa ser peor… siempre puede ser peor. Hora de enchufar la heladera, ¿¡saltó
la llave?! Carajos, ¿dónde está la caja de fusibles? ¡Acá! Ah, pero están todos
bien. Bueno, a bajar y subirlos a ver qué pasa. Nada. A mandar mensaje como
loca por ayuda a tus familiares que viven en otra ciudad y hasta en otro paÃs.
Te recorrés el edificio pero nada de encontrar la maldita llave. Bueno, noche
calurosa sin ventilador, solo espero que no me entre ningún bicho mientras
duermo… y dormir es solo un decir.
DÃa dos, se
resuelve el problema de la electricidad. ¡Hay heladera y hay ventilador! A
terminar de limpiar el apartamento. Por la noche entra un bicho del tamaño de
un picaflor. ¡Corré a tirarle mata insectos! De paso ya te intoxicás un poco
vos misma. Encerrate en el baño. (Con voz de narrador de Bob Esponja) Media hora más tarde: finalmente te
animás a salir transpirando como si hubieras corrido una maratón, mata insectos
en mano. ¿¡Dónde está?! ¿¡A dónde se fue?! Inspeccionás todo el lugar con el
lampazo para asegurarte que efectivamente, el insecto se fue por la ventana
abierta. Genial, ni loca vuelvo a dormir con eso abierto. Hora de asarse para
dormir, al menos tenés ventilador esta vez.
Hum, me
pregunto qué tendrá preparado el resto de la semana para mÃ. Espero que sea mil
veces más aburrido que los dos primeros dÃas, por favor, por favor, menos
acción.
Atte.; Jane Doe
P.D.: No… pero gracias
por tanto. Me hiciste el amague querida madurez… dos semanas y el maldito COVID
me obliga a retroceder esos pasos que habÃa avanzado y tengo que volver a casa.
Estoy segura que habÃa pedido por menos
acción. No importa, a mantenerse positivos, tarde o temprano, la tormenta siempre pasa.
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