Estas voces en mi cabeza solo traen paranoia - Jane Doe

Jane Doe

Jane Doe
¡Bienvenidos! Les explico un poco de qué va el blog: «Diario de una Jane Doe» es el espacio que encontré para dejar salir todo eso que me gusta o lo que no, lo que me molesta o lastima, y lo que amo, los invito a hacer lo mismo en los comentarios. En «Rincón Literario» encontrarán «Recomendaciones» donde recomiendo libros, «Hablemos de…» que es un espacio para charlar sobre temas relacionados a la literatura incluyendo noticias sobre el mundo literario, en «Libro del mes» podemos charlar sobre un libro específico elegido para ese mes; «Conociendo autores» es un lugar para hacer eso exactamente, conocer un poco de los grandes autores detrás de las letras. Bajo el título «De Tinta y Papel» voy a subir unos relatos/cuentos/historias cortas que escribo. Por último, en «Rincón de entretenimiento» tenemos, por un lado, «Series de TV» donde podemos recomendar y hablar de series, y en «K-dramas» hacemos lo mismo que con series pero esta vez de dramas coreanos :) Espero que se queden, ¡y que empiece el viaje!

domingo, 17 de octubre de 2021

Estas voces en mi cabeza solo traen paranoia

 



Queridas voces en mi cabeza,


Me considero, dentro de todo, una persona bastante racional, ya saben, trato de racionalizar todo, incluso los sentimientos. Por lo general soy muy buena controlándolos pero hacía unas semanas ya no lograba hacerlas avanzar por el camino que había elegido para ellas. La mayor parte del tiempo me mantengo en mi centro: no molestamente optimista, no enfermizamente negativa, el centro es un buen lugar; pero últimamente no era más que una pelota de negatividad. Trataba de ahogar esos sentimientos de negatividad y ver el lado lógico y racional del asunto (usar la lógica contra el pesimismo ya me había funcionado antes) pero no funcionaba, incluso trataba de irme por el lado positivo (ver solo lo bueno de las cosas no tiene sentido para mí, medidas desesperadas se podría decir), pero nada, no funcionaba por más que unos pocos minutos.


Hace unos días salió una nueva canción de Palaye Royale: Paranoid. La letra trajo consigo una epifanía (sinceramente era tan claro como el agua, ¿¡cómo no lo pude ver?!), finalmente entendí qué era lo que me seguía tirando abajo: yo misma. Así de simple, volvió a pasar y volví a no verlo venir. ¿¡Quién iba a decir que el odio hacia uno mismo tendría el súper poder de cambiar de forma tan sutilmente?! Cuando pasan meses de normalidad tendés a olvidarte de la batalla interna que, muy probablemente, nunca vaya a terminar… o que, como mínimo, tardes otros tantos años en vencer. Soy mi peor enemiga, hace muchos años lo soy, también soy mi mejor aliada; me salvé incontables veces y me atormenté otras tantas. Esa es mi normalidad (no viene mal acordarse de ello): una constante de subidas y bajadas, debería saberlo a estas alturas.


Pregunta por mera curiosidad: ¿no se cansan de siempre repetirme lo mismo? A estas alturas deberían. A estas alturas hasta yo lo estoy. Aunque, pensándolo bien, si soy ya las que las controlo debería salir con algo más creativo, al menos ese creo que es mi lado fuerte. Ah, estas putas voces casi imposible de callar… ustedes siempre me vuelven paranoica por un rato, como si tuviera que cuidarme el doble y mirar sobre mi hombro cada tres segundos. Malditas voces que siempre terminan convenciéndome de que no soy lo suficientemente _______; al menos puedo contar con que siempre tengo nuevos puestos para rellenar los blancos.


Esta paranoia en forma de inseguridad llega a sofocar. Les grito que se dejen de joder y me dejen en paz, el rechazo suele tardar un rato en surtirles efecto; pero queridas enemigas, siempre terminan yéndose… para volver más tarde, sí, sí, pero cada vez me visitan con menos frecuencia. Así que sigan gritando todo lo que quieran, podrán ser más fuertes que yo por un rato, pero se cansan más rápido. Yo no tengo prisa, puedo aguantarlas aunque a veces dude, siempre termino aguantándolas.


Y no se preocupen, acá las voy a estar esperando la próxima. La vida está llena de incertidumbres, eso es lo divertido del asunto, no saber qué va a pasar… pero sé a dónde voy, y, a pesar de lo que me quieran tratar de convencer, allá voy a llegar por mucho que demore. Me llevó casi un mes callarlas pero lo logré, ¡dulces sueños! (Y sí, les estoy sacando la lengua como niña de cinco años, ya que estamos les saco el dedo del medio como adolecente de doce).




Atte., Jane Doe.

No hay comentarios.:

Gracias por dejar tu opinión :)