Queridas voces en mi cabeza,
Me considero, dentro de todo, una persona bastante racional,
ya saben, trato de racionalizar todo, incluso los sentimientos. Por lo general
soy muy buena controlándolos pero hacÃa unas semanas ya no lograba hacerlas
avanzar por el camino que habÃa elegido para ellas. La mayor parte del tiempo
me mantengo en mi centro: no molestamente optimista, no enfermizamente negativa,
el centro es un buen lugar; pero últimamente no era más que una pelota de
negatividad. Trataba de ahogar esos sentimientos de negatividad y ver el lado
lógico y racional del asunto (usar la lógica contra el pesimismo ya me habÃa
funcionado antes) pero no funcionaba, incluso trataba de irme por el lado
positivo (ver solo lo bueno de las cosas no tiene sentido para mÃ, medidas
desesperadas se podrÃa decir), pero nada, no funcionaba por más que unos pocos
minutos.
Hace unos dÃas salió una nueva canción de Palaye Royale:
Paranoid. La letra trajo consigo una epifanÃa (sinceramente era tan claro como
el agua, ¿¡cómo no lo pude ver?!), finalmente entendà qué era lo que me seguÃa
tirando abajo: yo misma. Asà de simple, volvió a pasar y volvà a no verlo
venir. ¿¡Quién iba a decir que el odio hacia uno mismo tendrÃa el súper poder
de cambiar de forma tan sutilmente?! Cuando pasan meses de normalidad tendés a
olvidarte de la batalla interna que, muy probablemente, nunca vaya a terminar…
o que, como mÃnimo, tardes otros tantos años en vencer. Soy mi peor enemiga,
hace muchos años lo soy, también soy mi mejor aliada; me salvé incontables
veces y me atormenté otras tantas. Esa es mi normalidad (no viene mal acordarse
de ello): una constante de subidas y bajadas, deberÃa saberlo a estas alturas.
Pregunta por mera curiosidad: ¿no se cansan de siempre
repetirme lo mismo? A estas alturas deberÃan. A estas alturas hasta yo lo
estoy. Aunque, pensándolo bien, si soy ya las que las controlo deberÃa salir
con algo más creativo, al menos ese creo que es mi lado fuerte. Ah, estas putas
voces casi imposible de callar… ustedes siempre me vuelven paranoica por un
rato, como si tuviera que cuidarme el doble y mirar sobre mi hombro cada tres
segundos. Malditas voces que siempre terminan convenciéndome de que no soy lo
suficientemente _______; al menos puedo contar con que siempre tengo nuevos
puestos para rellenar los blancos.
Esta paranoia en forma de inseguridad llega a sofocar. Les
grito que se dejen de joder y me dejen en paz, el rechazo suele tardar un rato
en surtirles efecto; pero queridas enemigas, siempre terminan yéndose… para
volver más tarde, sÃ, sÃ, pero cada vez me visitan con menos frecuencia. AsÃ
que sigan gritando todo lo que quieran, podrán ser más fuertes que yo por un
rato, pero se cansan más rápido. Yo no tengo prisa, puedo aguantarlas aunque a
veces dude, siempre termino aguantándolas.
Y no se preocupen, acá las voy a estar esperando la próxima.
La vida está llena de incertidumbres, eso es lo divertido del asunto, no saber
qué va a pasar… pero sé a dónde voy, y, a pesar de lo que me quieran tratar de
convencer, allá voy a llegar por mucho que demore. Me llevó casi un mes
callarlas pero lo logré, ¡dulces sueños! (Y sÃ, les estoy sacando la lengua
como niña de cinco años, ya que estamos les saco el dedo del medio como
adolecente de doce).
Atte., Jane Doe.
No hay comentarios.:
Gracias por dejar tu opinión :)