Jane Doe: libertad

Jane Doe

Jane Doe
¡Bienvenidos! Les explico un poco de qué va el blog: «Diario de una Jane Doe» es el espacio que encontré para dejar salir todo eso que me gusta o lo que no, lo que me molesta o lastima, y lo que amo, los invito a hacer lo mismo en los comentarios. En «Rincón Literario» encontrarán «Recomendaciones» donde recomiendo libros, «Hablemos de…» que es un espacio para charlar sobre temas relacionados a la literatura incluyendo noticias sobre el mundo literario, en «Libro del mes» podemos charlar sobre un libro específico elegido para ese mes; «Conociendo autores» es un lugar para hacer eso exactamente, conocer un poco de los grandes autores detrás de las letras. Bajo el título «De Tinta y Papel» voy a subir unos relatos/cuentos/historias cortas que escribo. Por último, en «Rincón de entretenimiento» tenemos, por un lado, «Series de TV» donde podemos recomendar y hablar de series, y en «K-dramas» hacemos lo mismo que con series pero esta vez de dramas coreanos :) Espero que se queden, ¡y que empiece el viaje!
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domingo, 13 de diciembre de 2020

«Placeres culposos»
diciembre 13, 20200 Comments

 





Queridos «placeres culposos»,


Ya te escribí antes, pero seguís haciéndome dudar de vez en cuando antes de responder alguna que otra pregunta. De todas maneras, sigo ganándote, pero me parece que es necesario hacerte esta última carta.


Es increíblemente molesto sentir vergüenza sobre algo que te gusta. Un estilo de música, una banda, una película, un libro, etc. Si realmente te hace bien y no lastima a nadie, ¿por qué sentir vergüenza?


Cuando me preguntan «¿cuál es tu libro preferido?», ¿por qué me siento mal y me cuesta responder con sinceridad? Porque sé que puedo decir sin miedo y con confianza que mi libro preferido es Crepúsculo, o al menos es uno de mis preferidos. Ese libro fue el inicio de todo para mí, es el libro que me abrió las puertas de la literatura, me ayudó mil veces mientras crecía, fue mi respiro de aire puro incontables veces, era mi lugar seguro, me dio fuerzas para seguir cuando estaba cansada. Y podrá no gustarle a muchos, podrá no ser el mejor libro alguna vez escrito, pero es ese libro para mí. No debería sentir vergüenza por ello, ya sea que tenga o no una razón para gustarme.


Sinceramente no entiendo la necesidad de algunos de burlarse de lago que es positivo para otro. ¿Tendrán algún problema no resuelto y por eso recurren a la burla? Ya sé que sí. Porque eso sería reflejar sus inseguridades en alguien más, no proyecten, gente.


Pero bueno, ahora ya estoy en un punto en el que digo tranquilamente y como si nada: me encanta Crepúsculo. A pesar de los años sigue teniendo un lugar importante en mi corazón. Y, dejame decirte, querida vergüenza, nada se siente tan bien como ser auténtica y no tener miedo. No hay suficiente tiempo en la vida para ir amargándose por pelotudeces como el «qué dirán». Si te gusta, te gusta y a otra cosa mariposa. Ya fue. Si no le gusta a la otra persona, es su problema.


Como sea, guasos hay para rato. No me queda de otra más que ignorar las boludeces de los demás y vivir mi propia vida. Así que, hasta nunca «placeres culposos».



Atte., Jane Doe.


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viernes, 13 de noviembre de 2020

5 libros imprescindibles de la literatura inglesa
noviembre 13, 20200 Comments

 




Elegir solo 5 libros me costó, más que nada porque soy gran fan de su literatura, pero a pesar de ello, logré reducir la lista a no más de 5. Así que acá vamos con las recomendaciones de libros imprescindibles de la literatura inglesa. Ah, y quiero aclarar que la lista no tiene orden (eso ya me sería imposible).



En primer lugar tenemos a El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde por Robert Louis Stevenson. Este es un fascinante libro oscuro que trata la dualidad humana de manera increíble. El Dr. Henry Jekyll luego de pasarse una vida intentando separar y reprimir sus tendencias «oscuras o malignas» inventa un suero para librarse de esta parte. Pero sus planes no salen como esperaba ya que luego de beber el suero surge su maligna personalidad alternativa, el señor Edward Hyde (un ser despiadado y maligno, todo lo que el Dr. deseaba hacer desaparecer). A medida que el tiempo avanza, Hyde comienza a ganarle terreno a Jekyll, tomando control del cuerpo, apareciendo cuando el Dr. está más vulnerable y, al desaparecer, dejando un rastro confuso de destrucción y violencia. Es una novela intrigante y particularmente atractiva para los que (como yo) disfrutan del misterio la naturaleza humana.



En esta novela recorremos el largo y tormentoso camino de Jane hacia la madurez. Decir que ser una mujer en el 1800 sin conexiones o familia no era fácil es quedarse cortos. Jane Eyre es una historia intrigante y a veces hasta difícil de leer. Jane no se calla ante lo que considera injusto y sufre las consecuencias por ello. Desde ser huérfana a perder a su primera amiga por una epidemia de tifus, acompañamos a nuestra tenaz y fuerte protagonista en su crecimiento. Es una lectura en con la que es imposible aburrirse y en la que (al menos en mi caso) es muy fácil sentir fuerte empatía hacia nuestra protagonista.



Jane Austen es sin duda mi escritora preferida de todos los tiempos, por lo que elegir solo una de sus obras me costó, pero finalmente fui por la más popular y aclamada. Orgullo y Prejuicio es un clásico que todos deberían leer. En esta novela nos encontramos con las hermanas Bennet, y seguimos especialmente a Elisabeth. Ella no está interesada en el matrimonio, es una joven alegre, vivaz, inteligente y utilizando el sarcasmo como arma se defiende de lo que le parece incorrecto, esto le trae muchos problemas ya que no se comporta como las «señoritas de la época deberían». Las cosas cambian para ella cuando conoce al «estirado» señor Darcy, se atraen como imanes, siendo completamente diferentes uno de otro. Una serie de malentendidos los unen y separan a lo largo de la historia. Austen es conocida por su crítica divertida y cargada de sarcasmo a la sociedad de aquel tiempo y, más que nada, al lugar que ocupaba la mujer, y la novela no escapa de este detalle. Orgullo y Prejuicio es una de esas historias que sin importar el tiempo que pase, perdurarán por siempre.



Y sí, otra de las hermanas Brontë. A pesar de que Jane Austen es mi escritora preferida, Cumbres Borrascosas se lleva el lugar a clásico preferido. En esta fría historia seguimos la violenta y apasionada obsesión de Cathy y Heathcliff. El padre de Cathy «adopta» (más bien se lleva de las calles de Londres) un niño sin nombre o familia a quién nombra «Heathcliff». Al principio Cathy y su hermano maltratan al niño, celosos de la atención que su padre tiene con él; pero a medida que el tiempo pasa Cathy y Heathcliff (quienes tienen alrededor de la misma edad, no sabemos absolutamente nada sobre él o su pasado) se hacen muy cercanos. Al crecer ambos desarrollan sentimientos hacia el otro, pasión y obsesión fácilmente confundidas con amor. Cada acción, cada camino y decisión que toman los separa un paso más del otro. Los dos son humanos malvados y egoístas, y eso es lo que más atrae de la historia. Son perfectamente horribles, más imperfectos de lo general; nada puede salvarlos, ni siquiera pueden salvarse mutuamente ya que son un reflejo del otro. La novela es oscura y te hace detestar a los personajes principales (y la gran mayoría de los personajes en la historia, para ser sinceros), así que es fácil decir que Cumbres Borrascosas no es para todos. Si ya lo leíste, tengo un post en el que hablo de la historia y los personajes, si te interesa, pasate por acá.



Pensé por un rato sobre si este libro debería estar en la lista o no, ¿pero sabés qué? ¡Sí, definitivamente debería estar! Sí, es relativamente nuevo, pero lo considero tan importante como los otros. Harry Potter y la piedra filosofal cuenta el comienzo del camino de un pre-adolecente que descubre que no es otro humano común y corriente, sino que en realidad es un mago, al igual que sus difuntos padres. Hay otro mundo entero del que él no sabía nada y al que pertenece. Es «un cuento de niños» pero no es solo para niños. Sin importar tu edad, es fácil dejarse envolver por este increíble mundo mágico lleno de criaturas increíbles y aventuras emocionantes. Harry Potter es una historia sobre amistad y amor. Es uno de esos libros que todos deberíamos leer al menos una vez en la vida.



Y con esto concluye la lista de los «5 libros imprescindibles de la literatura inglesa». ¿Qué les parecen mis elecciones? ¿Están de acuerdo o no? ¿Cuál es tu lista de 5 libros imprescindibles de la literatura inglesa? ¿Ya leíste estos libros? ¿Planeás hacerlo? Dejá sus opiniones abajo y, ¡a hablar de libros!

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domingo, 8 de noviembre de 2020

No quiero ser madre
noviembre 08, 20200 Comments

 



Queridas personas que tanto se preocupan por mi vida,


Si hay algo que detesto con cada célula de mi ser es que me digan lo que debería o no hacer con mi vida y mi cuerpo. No sé qué les hace pensar que está bien y pueden saber qué es mejor para mí cuando no son ellos los que tienen que vivir con las consecuencias de esas acciones. ¡Alguien ilumíneme!


Cada vez que digo que no quiero jamás, nunca, ni en un millón de años, ni por toda la comida en el mundo, ser madre y que no estoy particularmente interesada en casarme me quedan mirando como si hubiera perdido la cabeza. Y no obtengo estas reacciones de gurisas de mi edad (no por lo general, al menos, un avance supongo, ¡yupi!), sino de mujeres más grandes que yo y de hombres (vaya sorpresa, ¿no? Nótese el sarcasmo). Ni siquiera me dan la oportunidad de expresarles cómo me siento y pienso al respecto, ah, no, se me adelantan y le restan importancia con un: «cuando crezcas vas a querer hijos» y «todavía te falta madurar». Así que ser responsable me hace inmadura, interesante, se aprenden cosas nuevas todos los días. Antes me hacía hervir la sangre (y dependiendo de cómo me agarres, puede que todavía lo haga), ahora no me queda más que mirarlos con lástima, son todo lo que jamás querría ser.


De chica me ponía como una fecha límite: bueno, hacé todo lo que quieras hacer antes de los treinta porque en esa década te tenés que embarazar, no antes, no después, ahí. A los treinta termina tu vida, ¡pero no importa porque otra empieza! (¿Nadie más ve lo tóxico de ese pensamiento?) Y así vivía, estirándolo año a año, un año más, treinta y uno, otro más, treinta y dos, treinta y tres, treinta y cinco parece un buen número… después quedé en: ok, a los cuarenta, pero adoptá mejor a esa edad, no hace falta que lo tengas creciendo adentro, además, hay tantos niños que necesitan hogar… Y entonces me di cuenta, la epifanía me pegó y me pegó fuerte: podés elegir no ser madre. Fue como si el cielo se abriera y los ángeles empezaran a cantar, ese peso en mis hombros desapareció y frente a mí se abrieron un millón de caminos con la desaparición de la maternidad. Fue mágico, liberador, pude respirar tranquila. Mi vida y sueños ya no tenían fecha límite.


He aquí mis razones para tomar dichas decisiones (no que le tenga que explicar una mierda a nadie, pero acá va):


Primero que nada, ni me gustan los humanos (no la gran mayoría, de todas maneras) y los niños son particularmente molestos (no los odio, solo los prefiero a años luz de mí) y no los encuentro en lo más mínimo adorables (las caras que tengo que fingir cuando se supone que hacen algo «lindo» es doloroso. ¡Solo puso dos piedras juntas, por favor…!). No tengo una gota en mí de instinto maternal, crecí con la mejor madre que cualquiera pudiera tener (casi siento lástima por el resto) y me hace ver la maternidad como algo que es realmente importante, es crucial y particularmente difícil. Tenés que hacerlo todo lo mejor que puedas: dar todo, ser todo, sacrificar todo por tus hijos, ponerlos siempre antes, olvidarte de vos, al menos por los primeros veinte años de su existencia (imaginate el incremento en años si tenés más de uno). Tenés que estar dispuesto a ser un padre, y, claramente, yo no estoy para nada dispuesta a serlo. Lo tenés que hacer bien o no hacerlo en absoluto, por eso elijo no hacerlo.


Muchos dicen: «cuando tengas hijos te sale natural», pero la obvia verdad es que no pasa así con todos. Si todo se resolviera mágicamente para todos, entonces no habrían tantos bebés abandonados, violencia doméstica y humanos atrofiados, seamos realistas, gente. Si todo fuera magia y corazones, el mundo no sería la mierda que es. Y además, si lo haces lo mejor que podés, todavía te puede salir una patética excusa de ser humano. ¡Ugh, qué dolor de cabeza!


No me interesa pasar por los dolores y después hincharme como un pez globo (ya estoy lo suficientemente inflada como van las cosas), no shame a las embarazadas, no es mi intención ofenderlas, pero no quiero eso para mí. No quiero el proceso, no quiero el después, no quiero nada de todo eso. Ya hay demasiados humanos en el mundo, ¿para qué contribuir en algo tan negativo? Tengo otras cosas que quiero hacer en mi vida como viajar por el mundo, publicar libros, convertirme en una escritora, aprender nuevos idiomas, salir a bailar y volver a casa cuando salga el sol, conocer nuevas culturas, etc.; ser madre no entra, no hay espacio ni ganas para eso. Criar un humano es un gastadero de plata, energía, tiempo y vida; gracias, pero paso. Prefiero, después, cuando pueda darme el lujo de hacerlo, adoptar perros de la calle y darles la mejor vida que pueda, animales sobre humanos, naturalmente.


Sigo sin entender por qué carajos critican a las mujeres que eligen ser responsables; elijo no arruinarme la vida y la de otro probable ser humano inocente. Yo sé bien qué tipo de madre sería: la que no es madre, la que nunca quiso serlo, la que lo ve como una carga y algo que le arruinó la vida, la ausente, a la que le chupa un ovario la criatura; decime loca pero no me parece bien ser así. Yo sé que no puedo y no quiero, así decido no comprometerme solo porque debería aspirar a eso. Mi objetivo está en un lugar completamente diferente, bebé. Si querés y elegís ser madre, es completamente válido, ¡you go girl! Andá por lo que querés, luchá con uñas y dientes por eso, justo como yo lo hago. ¿Por qué mi elección es menos valida que la tuya?


Solo quiero que todas las mujeres sepan que son más que vientres. Ser madre es una elección, no una obligación. Tu cuerpo, tus reglas. Tu vida, tus decisiones.




Atte., Jane Doe


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miércoles, 4 de noviembre de 2020

Conociendo autores: Jane Austen
noviembre 04, 20200 Comments

 









Para abrir este segmento, quiero hacerlo con la increíble e inigualable Jane Austen (mi escritora preferida). Acá quiero adentrarme en su biografía, hablar un poco de su vida personal y el tipo de persona que fue (bah, lo que podemos descifrar de las letras que dejó atrás y lo que decían aquellos cercanos a ella). Esta mujer es una verdadera inspiración y de las escritoras más importantes de todos los tiempos (ya sé suena dramático pero no tiene una gota de mentira).




Jane Austen vivió en la época gregoriana, período de la industrialización donde las distintas clases sociales fueron cambiando ya que aparece una nueva forma de riqueza. La revolución agraria tuvo como consecuencia el crecimiento de la población inglesa y con esto empezó el famoso éxodo del campo a la ciudad (¿soy la única teniendo flashbacks de las clases de historia del liceo?). A parte de esto también estaban las guerras napoleónicas, que fueron de 1804 a 1815, que dieron más lugares en el ejército que había crecido con la expansión del colonialismo (¿hermosos tiempos, no? Para ser un hombre europeo blanco, digo). La época gregoriana fue más que nada un período de cambios sociales: se construyeron orfanatos, hospitales, surgieron las escuelas dominicales, se hicieron campañas de abolición de la esclavitud, se reformaron las prisiones, entre otras cosas.


En cuanto a literatura, resurgió la novela que trajo a primer plano la discusión de si era un género literario de calidad o no (tiempos de locos, tiempos de locos). Según Ian Watt esto se dio por el crecimiento de la clase media que no se educó leyendo los clásicos y a los que tampoco les importaba los temas que se trataban en estos; también influenció que la imprenta hiciera más accesible conseguir libros a las clases con menos recursos. Más de la mitad de los escritores de novelas eran mujeres que a gracias a la escritura lograban independizarse económicamente (realmente fascinante). Pero, como ya sabemos, no todo lo que brilla es oro y a pesar de que era algo positivo, también es cierto que la calidad de muchas de las novelas no era muy buena (y con «calidad» hablamos de que estaban llenas de clichés que venían de la novela gótica).


La educación de los niños se daba en las escuelas dominicales o, en el caso de los ricachones, por una institutriz y tutores (ah, y también era común mandar a los niños varones irse a vivir con sus tutores). Existían algunas (me aclaro la garganta teatralmente) «escuelas para damas» pero (eran un asco) no tenían «buena reputación» porque la educación no era buena (ja, eso es quedarse cortos, eran un desastre esas «escuelas». Si les interesa el tema y en vez de leer un libro de historia optan por un clásico, les recomiendo leer Jane Eyre de Charlotte Brontë que trata el tema). En el Emilio de Rousseau él aseguraba que todos los males de la época se originaban en la sociedad y para cambiarlo había que transformar al hombre a través de la educación (y para sorpresa de nadie) la mujer quedaba excluida de esto. Es más, cuando se la menciona, se dice que la mujer debe obedecer a su esposo y ser educada (otra vez me aclaro la garganta teatralmente) para «cumplir con sus deberes de esposa y madre» (sorpresa, sorpresa). Habían unos cuantos tratados de conducta para mujeres en la vuelta (oh, sí, señor), enseñando doctrinas morales y enfocando la educación a aspectos domésticos, religiosos y a los «talentos»; alejándola a como diera lugar de conocimientos que provocarían que la mujer fuese «poco deseable ante los ojos de los hombres» (che, lo más loco es que algunas de estas pelotudeces se mantienen hasta el día de hoy... media pila, ¿no? Digo, no es como si hubieran pasado 100 años ni nada por el estilo). Estos «talentos» eran diferentes habilidades que toda mujer que buscaba marido debía poseer para atraer su atención: leer, dibujar, cantar, escribir, coser, tocar algún instrumento, bordar y atender la casa (y si sos de los míos y ya leíste Orgullo y Prejuicio, esto te suena conocido porque la genia de Austen puso lo que pensaba de esto en un intercambio de palabras entre Mr. Darcy y Lizzy).



Jane Austen nació en Steventon el 16 de diciembre de 1775. Fue la séptima hija de ocho, siendo ella y su hermana mayor, Cassandra, con la que era muy unida, las únicas mujeres. Tres de sus hermanos fueron al ejército, sí que ella sabe del tema y lo demuestra a través de sus obras. Todos en la casa leían mucho las novelas de la época (dato curioso: ella toma el título «Orgullo y Prejuicio» de una frase de la novela Cecilia de Frances Burney). Jane defiende la novela como género literario de calidad, abriendo camino a discusiones sobre la literatura en casi todas sus novelas, pero no sin dejar de ser crítica de las «novelas de segunda categoría», burlándose de ellas (un muy claro ejemplo es su obra La abadía de Northanger). A los 16 años ya había escrito un buen número de historias, de joven escribió Juvenila, que contenía parodias de la literatura de la época, para entretener a su familia.


Su familia pertenecía a la burguesía agraria, que es donde sitúa a la mayoría de sus obras. Su padre, George Austen, era párroco anglicano y tutor (probablemente ella y su hermana recibieron educación de este, que daba clase a los pupilos que vivían en su casa). Sus obras se caracterizan por describir a la perfección la sociedad rural gregoriana pero no tanto los cambios políticos que estaban pasando con la llegada de la modernidad (algo por lo que recibió algunas críticas con el paso del tiempo. Yo digo que ella eligió un un problema que tratar y lo hizo magníficamente).


Aparentemente no había sentido interés por ningún hombre hasta que conoció a Thomas Lefroy a los 20 años, pero en una carta a su hermana le cuenta que todo había terminado porque él no podía casarse con ella debido a motivos económicos (si miraste la película Becoming Jane te debe doler tanto como a mí). Tanto Jane como Cassandra nunca se casaron (aunque sus historias son algo diferentes, no difieren tanto, Cassandra estuvo comprometida con un hombre que fue pupilo de su padre pero, y de nueva el tema monetario, como no tenían un hogar ni suficiente plata, decidieron esperaron un tiempo para que él pudiera hacer un poco de dinero, lamentablemente en este tiempo él muere antes de poder casarse).


Entre 1795 y 1799 empezó a escribir los primeros borradores de Sentido y Sensibilidad, Orgullo y Prejuicio y La abadía de Northanger; probablemente también escribió Lady Susan por esa época. En 1797 su padre trató de publicar Orgullo y Prejuicio (que era la preferida de la familia) pero fue rechazada por el editor (ja, pobre abombado, lo que se habrá arrepentido después del éxito de la obra).


En 1803 con el seudónimo de «Mrs. Ashton Dennis» vendió La abadía de Northanger por 10 libras a la editorial Richard Crosby and Son, sin embargo, la obra no se publicó hasta 14 años más tarde (¡¿QUÉ!?). En enero de 1805 muere su padre, dejándolas a ella, su hermana y madre en una muy mala posición económica. Ellas dependían económicamente de sus hermanos y la pequeña cantidad que su hermana mayor había heredado de su difunto prometido. En 1809 se trasladan a Chawton - Hampshire donde su hermano Edward podía darles un lugar para vivir en una casa dentro de una de sus propiedades.


Sentido y Sensibilidad fue aceptada por una editorial entre 1810 y 1811 y fue publicada anónimamente bajo la autoría de «By a Lady». Recibió 140 libras esterlinas por ella y obtuvo críticas favorables. Con el éxito publicó Orgullo y Prejuicio, que vendió en noviembre de 1812 y se publicó en enero de 1813. Con eso, su identidad empieza a difundirse; James Austen-Leigh contó de la puerta chirriante que Jane no quiso arreglar porque le avisaba de la llegada de quien la fuera a visitar, entonces le daba el tiempo suficiente para guardar el manuscrito en el que estuviera trabajando antes de que entraran, ella realmente no quería que nadie más aparte de su familia cercana supiera que era escritora. En mayo de 1814 se publica Mansfield Park, todos los ejemplares se vendieron en 6 meses.


Ella creía fervientemente que toda la educación que los niños necesitaban venía de unos padres ejemplares, como lo expresa a través de Elisabeth en Orgullo y Prejuicio: «No tenemos institutriz, todo lo hacemos por nosotros mismos». Pese a su supuesto «aislamiento literario» estaba al tanto de las tendencias, cosa que queda clara en sus obras, sobre todo a los temas relacionados con la mujer y su rol. Ninguna de sus heroínas estaba interesada en esos «talentos» que debían poseer las mujeres, ella defendía la educación liberal de la mujer, asegurando que nada tenían que hacer estos «talentos» ya que para ella la falta de sensatez a nadie servía y solo llevaba a la mujer a la ruina (lo que les decía que aparece claro en Orgullo y Prejuicio).




Comenzó Persuasión en agosto de 1815 y en diciembre del mismo año publicó Emma. Al año siguiente publicó otra edición de Mansfield Park que no tuvo el éxito de sus obras anteriores y le hizo perder casi todo lo que había ganado con Emma. Entonces su salud empieza a deteriorarse, ella le confiesa a su sobrina que habría preferido «escribir menos y leer más», convence a su familia de no llevar sus primeros trabajos a una editorial y se propone mejorar su escritura. A principios de 1817 comienza Sanditon pero tiene que abandonarla por su deteriorada salud (lo que habría sido esa novela, leí lo poco que llegó a escribir y la curiosidad no me dejó dormir por días).


La llevan a Winchester para recibir tratamiento, allí fallece a los 41 años el 18 de julio de 1817. Sus últimas palabras fueron: «No quiero más nada que la muerte». En aquellos tiempos no se sabía, pero se cree que la causa de su muerte fue la enfermedad de Addison. En su testamento le deja todo a su hermana. Sus restos están enterrados en la Catedral de Winchester.



Persuasión y La abadía de Northanger se publicaron a finales de 1817 en una edición combinada de 4 volúmenes. Como con sus demás novelas, su nombre no fue revelado, solo se menciona que es la misma autora de las obras anteriores. En su epitafio no se menciona que fuera la escritora de las novelas; pero en 1872, después de que James Edward Austen-Leight publicara sus «Memorias», se añade una placa donde revela que era escritora, se lee: «She opened her mouth with wisdom and in her tongue is the law of kindness», «Abrió su boca con sabiduría y en su lengua reside la ley de la bondad».


El único retrato que se considera auténtico es un dibujo que aparece en las «Memorias» que es una reinterpretación de un dibujo hecho por su hermana; este se puede encontrar en la National Gallery de Londres. Así mismo, en la British Library se puede encontrar una libreta, regalo de su padre, donde escribió sus primeras historias; allí también están los primeros manuscritos de los últimos 2 capítulos que decidió no usar de Persuasión y un escritorio de madera. Hay 2 museos dedicados a ella: el Jane Austen Centre en Bath, un museo público en una casa gregoriana en Gay Street cerca de donde vivió durante 1805, y el Jane Auste’s House Museum en la casa de Chawton en Hampshire donde vivió de 1809 a 1817.


Como con todo, hay quienes la admiran y quienes no. Hay quienes piensan, como Marilyn Butler, que sus novelas solo perpetuaban las construcciones sociales que sujetaban a la mujer al matrimonio ya que sus heroínas por lo general encontraban la felicidad y subían de escalafón social al casarse con el radiante caballero adinerado; (como mencioné antes) también se la critica por no hablar de la situación de la sociedad del momento, en cuanto a sirvientes, esclavos, etc., aunque el tema de la esclavitud aparece en Mansfield Park. También hay quienes piensan lo opuesto, como Sandra Gilbert y Susan Gubar en su obra La loca del ático, ya que los personajes principales de dichas novelas hacían lo opuesto, defendiendo una buena y justa educación para la mujer (¿en dónde se paran ustedes? Yo creo que era una mujer del 1800 muy avanzada en cuanto a perspectivas, ella creía que la mujer merecía más de lo que tenía y no lo ocultaba, el romance en sus novelas no lo hace menos cierto. Nadie me va a hacer creer que Lizzy es menos fuerte una vez acepta casarse con Darcy, porque no tiene sentido).


Con Jane surge un nuevo estilo de novela. En sus obras se tratan historias cotidianas del día a día de la época, es una narración sencilla que te mantiene impaciente por saber lo que va a pasar en el próximo capítulo, son personajes e historias eternas que a pesar de llevarse a cabo en otro siglo, es fácil ver alguno de esos sucesos y personajes en el presente. Son historias dirigidas por sus personajes entrañables. Hay belleza en su sencillez, y la manera en que juega con la ironía siendo sutil pero imposible de ignorar, es fantástico.




Se le pueden criticar muchas cosas, pero no hay duda de que Jane Austen es una de las escritoras más importantes, no solo por su posición en cuanto a la educación y el rol de la mujer, sino que también por su escritura. Hay una película que mencioné antes: Becoming Jane, no es 100% verídico (digo, es una película, tenían que contar una buena historia interesante y atrapante que vendiera), pero es muy buena si te interesa Jane, y, bueno, es una buena película para llorar un rato :) ¡Se las recomiendo! Y ustedes, ¿qué piensan de Jane? Déjenmelo saber en los comentarios, ¡hasta la próxima!

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domingo, 25 de octubre de 2020

Maquillaje
octubre 25, 20200 Comments

 





Querida aceptación,


Soy el tipo de persona que prefiere no ir maquillada todo el día, soy del tipo que se enoja cuando el requisito en un trabajo es que esté maquillada cuando no les exigen lo mismo a los hombres; soy el tipo de chica que se enoja cuando le dicen que no está «arreglada» solo por no ocultar sus imperfecciones. No tengo nada en contra de las personas que se maquillan todos los días, simplemente no soy yo. Cada quién con lo suyo, pero no está bueno exigirlo cuando somos todos tan diferentes.


Desde chica me costó mirarme en los espejos, iba por la vida tratando de evitar mi reflejo. Pero cuando me maquillaba… cuando me maquillaba era la única vez que soportaba ver mi cara (no me gustaba verme, pero al menos era un poco más tolerable). Y eso me destruyó. Me destruyó disfrutar verme y no reconocerme, porque cuando me reconocía, me odiaba.


Elijo maquillarme cuando me pinta sacar esa parte creativa por ese lado, probar combinaciones de sombras y labiales. Ya no siento la necesidad de ocultar mis imperfecciones y que el maquillaje para mí es un arma de doble filo, así que lo uso con cuidado. Trato de usar el maquillaje para resaltar las cosas positivas que puedo encontrar en mi cara, pero no paso el límite de cambiar mi apariencia porque sé que es peligroso para mí hacerlo.


Alguien puede elegir no usar maquillaje porque simplemente no es ese tipo de persona. Porque no le importa, porque no le preocupa su apariencia, porque le importa y está cómoda con ella. Porque no se quiere lo suficiente como para tomarse el tiempo o porque se ama lo suficiente como para no hacerlo. Las razones de una persona para hacerlo pueden ser las razones de otra para no hacerlo.


Pero tampoco está bien que apunten con el dedo y critiquen a chicas que usan maquillaje todo el día todos los días de la semana (porque vaya que lo he escuchado). El maquillaje es una manera de expresión. Para muchas es relajante, unas aman el proceso, otras el resultado. Para algunas es una manera de pasar el rato y otras lo hacen por simple rutina.


El maquillaje puede ser tanto un arma defensiva, como un escudo. Puede ser otra obra de arte (en serio, ¡esos videos de maquillaje son fuera de serie! ¡El talento!), y también puede ser su pintura de guerra. Algunas lo usan para resaltar cosas de su personalidad, otras lo hacen para camuflarlo. Todos tenemos nuestras propias razones, y ninguna es más o menos válida que la otra. Diferente, no mejor o peor.


Lo cierto es que hay tantas realidades como personas en el mundo. Cualquiera que sea tu razón, está bien. Lo que no está bien es juzgarla por usar maquillaje, tampoco está bien juzgarla por no usarlo. Cada quién con lo suyo, es mucho mejor cuando nos apoyamos mutuamente. El maquillaje, nada más ni nada menos, es solo una manera de expresión, ya sea si está presente o no.



Atte., Jane Doe.




P.D.: Otro punto importante es el de los hombres, ¡ya déjense de joder a los hombres que eligen maquillarse! Como si el maquillaje los hiciera menos hombre… Tengo noticias: no lo hace, ¡no tiene sentido! Si a él le gusta y lo quiere hacer, ¿en qué carajos te afecta a vos? ¿No te gusta? No mires.


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domingo, 18 de octubre de 2020

18, 19, 20
octubre 18, 20200 Comments

 


Queridos 18, 19 y 20,


El otro día estaba escuchando una canción de Stray Kids, 19 se llama, y la letra simplemente me transportó en el tiempo. Por esos tres minutos y veintiséis segundos de duración de la canción volví a esos años raros: 18, 19 y 20. Esos años en los que no sos ni adolecente, ni adulto. Los años de transición, incómodos años en gris, donde no sos una cosa ni la otra. Con un pie en el pasado y otro en el futuro pero nunca en el presente. Al menos así fue para mí.


Cuando por fin cumplís 18 estás nervioso y ansioso y pensás que ya sos mayor… aunque realmente no te sentís mayor. ¡Al fin tenés toda esa independencia en las manos! Y cuando los 19 te golpean, te das cuenta de que no tenés ni la mínima idea de qué hacer con toda esa independencia. Toda esa ansiedad de los 18 a los 19 te aplasta y repentinamente, estás asustado y, más que nada, perdido. Hay miles de caminos y no sabés por cuál ir. La ciudad que representaba tu libertad y que a los 18 te parecía enorme, ahora solo es un conjunto intrincado de calles enredadas entre sí. Tanto que hacer, tantos lugares que conocer, tantas decisiones importantes que tomar… pero te falta experiencia para tomar decisiones, apenas te conocés a vos mismo, ¡cómo vas a poder tomar decisiones tan importantes! ¿Y si agarro el camino equivocado? Hubiera sido reconfortante que alguien me dijera: «Desde ya te aviso: seguramente tomes el camino equivocado, ¡y esa es la idea!». Pero todo te asusta, todo es demasiado brillante o demasiado oscuro, todo es demasiado ruidoso o demasiado silencioso, pero por sobre todo, todo es demasiado grande. La vida está pasando repentinamente muy rápido, por al menos solo un día, querés volver el tiempo atrás a cuando eras un adolecente despreocupado. Todo lo que querés es poner pausa y detenerte a recuperar el aliento. Y entonces caés en los 20. Los tan temidos, y a la vez tan esperados, 20. Salir de los 10 es emocionante y por sobre todo, abrumador. Pero dura poco, porque una vez que pasa un poco de tiempo, te das cuenta de que las cosas no son tan complicadas como lo imaginabas. Aprendés a caminar por esas calles enredadas, porque no importa el la ruta que elijas vos tenés tu brújula interna y, tarde o temprano, vas a terminar en donde deberías estar, porque vos mismo te estás abriendo camino hasta ahí. Sabés cuándo prender la luz y cuando apagarla, ni el brillo ni la oscuridad te intimidan ya. Aprendés a convivir con el ruido hasta que se transforma en simple música de fondo, el silencio ya no te incomoda, ahora te ayuda a descansar y aclara tu mente intranquila. Ya no te asusta elegir, ya no te asusta avanzar, poco a poco te vas haciendo de experiencias. Muchas caídas y un puñado de victorias, aprendés a aprender de todo, consciente o inconscientemente.


Una vez callás esas voces externas y tranquilizás esa única voz fuerte interna, ya nada ni nadie te para. Así que, un brindis por ustedes, mis queridos 18, 19 y 20. Ojalá los hubiera disfrutado más al atravesarlos, pero todo es experiencia, todo es otra batalla ganada en mi cinturón.


Atte., Jane Doe



P.D.: Para el que está leyendo esto: media pila, amigo y ponete a escuchar la canción con la traducción. Stray Kids tiene canciones bastante buenas con letras increíbles, tirá los prejuicios por la ventana (requisito primordial para entrar a este blog) y andá a escuchar la canción, te vas a estar haciendo un favor.


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domingo, 11 de octubre de 2020

Madurez
octubre 11, 20200 Comments

 


Querida madurez,


«Madurez» debería ser considerada una mala palabra. Como sea, aparentemente una vez te mudás sola esa palabra es indispensable para tu supervivencia (ya sé, de no creer).


Día uno en la nueva ciudad. Sola como un perro abandonado. Calor, mucho calor. Bien, bien, limpiaste el apartamento de arriba abajo (bueno, o de eso te tratás de convencer, total, las ventanas quedan para la semana que viene). Agua, te estás deshidratando. Uf, limpieza terminada, hora del baño. Genial, canilla tuerta, podría ser peor… siempre puede ser peor. Hora de enchufar la heladera, ¿¡saltó la llave?! Carajos, ¿dónde está la caja de fusibles? ¡Acá! Ah, pero están todos bien. Bueno, a bajar y subirlos a ver qué pasa. Nada. A mandar mensaje como loca por ayuda a tus familiares que viven en otra ciudad y hasta en otro país. Te recorrés el edificio pero nada de encontrar la maldita llave. Bueno, noche calurosa sin ventilador, solo espero que no me entre ningún bicho mientras duermo… y dormir es solo un decir.


Día dos, se resuelve el problema de la electricidad. ¡Hay heladera y hay ventilador! A terminar de limpiar el apartamento. Por la noche entra un bicho del tamaño de un picaflor. ¡Corré a tirarle mata insectos! De paso ya te intoxicás un poco vos misma. Encerrate en el baño. (Con voz de narrador de Bob Esponja) Media hora más tarde: finalmente te animás a salir transpirando como si hubieras corrido una maratón, mata insectos en mano. ¿¡Dónde está?! ¿¡A dónde se fue?! Inspeccionás todo el lugar con el lampazo para asegurarte que efectivamente, el insecto se fue por la ventana abierta. Genial, ni loca vuelvo a dormir con eso abierto. Hora de asarse para dormir, al menos tenés ventilador esta vez.


Hum, me pregunto qué tendrá preparado el resto de la semana para mí. Espero que sea mil veces más aburrido que los dos primeros días, por favor, por favor, menos acción.




Atte.; Jane Doe


P.D.: No… pero gracias por tanto. Me hiciste el amague querida madurez… dos semanas y el maldito COVID me obliga a retroceder esos pasos que había avanzado y tengo que volver a casa. Estoy segura que había pedido por menos acción. No importa, a mantenerse positivos, tarde o temprano, la tormenta siempre pasa.



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domingo, 26 de enero de 2020

Entre ese 98% y 2%
enero 26, 20200 Comments










Queridas ruinas,

Hay veces que me siento menos humana y más como una casa en ruinas. Siento que no siento nada. Pienso y pienso y mis ideas se traban en un espiral de desprecio y enojo continuo.

Muchas veces… ok, la mayor parte del tiempo siento enojo, rabia. Esa rabia pronto se transforma en ira reprimida, me atraviesa en oleadas como ecos que a pesar de ser fáciles de controlar, no me hacen la existencia más llevadera. Y cuando no siento eso (el otro 2% del tiempo), lo que siento es tristeza… no, tristeza no es la palabra. ¿Impotencia? ¿Desesperanza? Esa palabra que las encierre a todas ellas, cualquiera que sea esa palabra, si es que existe.

Entre la ira perpetua y la desesperanza agobiante no sé con cuál quedarme. Las dos son una verdadera mierda que me empujan a poner más candados en esta casa vacía que se cae a pedazos; de todas maneras, no se confundan, soy perfectamente consciente de mis acciones.

A pesar de todo, creo que más detesto ese breve infinito vacío que queda entre la transición desde ese 98% y 2%. Ese eco de la nada es más abrumador que la ira y desesperanza juntas; soy capaz de escuchar el retumbar de esas emociones que dejaron al pasar, pero no soy capaz de sentir nada.

Pero bueno, es lo que hay supongo.


Atte., Jane.

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domingo, 29 de diciembre de 2019

Nada me queda mejor que sentirme seguro de mi mismo
diciembre 29, 20190 Comments










Queridos dobles estándares,

Hay dos actitudes/palabras que me molestaron sobremanera en esta pasada semana.

Primero: (algo que encontré hilarante) hombres y mujeres sintiéndose ofendidos por ver tetas de otras mujeres. Digo, es obviamente obligatorio que las mujeres usen sostén ya que los pezones de la mujer son una fuente constante de «vulgaridad». Es completamente razonable que los pezones femeninos ofendan a los demás cuando las de los hombres se pasean por la calle desde que tengo uso de razón. Amigo, yo vengo viendo tetas masculinas desde bebé y no me ves quejándome por semejante ofensa (y todavía tengo que lidiar con el hecho de que la gran mayoría sean al menos cinco veces más grandes que las mías, shame on you all).

No se puede cambiar la mentalidad de la sociedad sin que alguien empuje el cambio. Si mis pezones te ofenden, mirá a otro lado, es tu problema no el mío, yo no tengo por qué lidiar con tus inseguridades.

Segundo: (esta me dio más lástima del criticón que risa por lo imbécil de semejante pensamiento tóxico) una persona diciéndole a otra que tiene que adelgazar. Los humanos no estamos para complacer la vista de los demás (bueno, no la mayoría de las veces y definitivamente este no era el caso). Si la persona 2 se siente bien, cómoda y feliz en su propio cuerpo, la personita 1 uno no es nadie para andar diciéndole qué hacer o dejar de hacer con su cuerpo. Todos venimos en formas y colores diferentes, no existe un único envase de belleza, hay miles, infinitos. No está bien lastimar a otro por tus propios cánones de belleza, es patético, necestitás mirarte a un espejo (uno metafórico).

Mi cuerpo es mío para hacer lo que me venga en gana con él. Ocupate de tus asuntos que yo me ocupo de los míos; porque, no lamento informarte, mi cuerpo no existe para complacerte, cariño.

Y como las reinas Little Mix ya cantaron en Strip:


Take off all my make-up 'cause I love what’s under it
Rub off all your words, don't give a uh, I'm over it
(Jiggle all this weight, yeah, you know I love all of this)
Finally love me naked, sexiest when I’m confident



You say I ain't pretty
Well, I say I'm beautiful, it's my committee
Say we too provocative
Still look at me, look at me, look at me, yeah



Peace out


Atte., Jane Doe

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domingo, 17 de noviembre de 2019

Relaciones tóxicas
noviembre 17, 20190 Comments









Querido amor propio,

A veces cuesta más alejarse de esa persona que tanto mal te hace por lo cercana que es a tu corazón. Estas personas tóxicas se presentan en diferentes recipientes: el de un «amigo», una pareja, tu propia sangre; pero al fin del día siguen siendo el mismo ancla que te hunde. Siempre supe el increíble poder de las palabras, con solo una de ellas podés destruir a alguien, sea esa tu intención o no. Hay que ser más conscientes de nuestras acciones y pensar antes de hablar, no seamos tan ignorantes, ¿sí?

Pero por más difícil que sea alejarnos de estas anclas, hay que cortar la piola y dejarnos ir. Estar solo a la deriva puede ser aterrador, pero es la única manera de triunfar, de encontrarse a uno mismo y hacer tu propio camino hacia tus propias metas.

Nadie, absolutamente nadie tiene la verdad absoluta. Cada uno hace lo mejor que puede con lo que tiene. No vayas por la vida diciéndoles a las personas cuál es el mejor camino para ellas porque no hay una sola verdad, como tampoco hay un solo sendero y tampoco hay un solo destino. Todos estamos programados de manera diferente, así que dejá de tratar de cambiar al resto por pensar o actuar diferente a vos.

Las palabras son poder, las palabras son esperanza, verdad, mentira, amor, odio; pueden ser tanto la punta filosa de una espada o la más suave de las caricias. Solo hay que saber cómo usarlas. No todos saben cómo manejar estos instrumentos. Ja, ¡con tanta cosa inservible que te enseñan en la escuela uno pensaría que habría una materia para esto! Pero no, supongo que es una de esas cosas que la vida te enseña, o te las muestra al menos, vos elegís si aprenderlo o no.

No es sano estar con alguien que constantemente te dice lo equivocada de tus decisiones. No es sano estar con alguien que se impone sobre tus pensamientos y acciones. No es sano estar con alguien que por estar lastimado, te lastima, para así sufrir juntos. Pero tampoco es sano dejarte tratar como mierda por querer salvar a la otra persona. Nada, absolutamente nada justifica la violencia (ya sea física, emocional y/o verbal), nada justifica que te conviertas en esa otra persona tóxica de la ecuación, después de todo, se necesitan dos para bailar ese baile.

Si no estás cómoda en el lugar en el que estás, si no sos feliz ahí, si lo único que hace ese entorno es ahogarte y aplastarte, ¡salí de ahí! No es lugar para vos. Tenés que estar en un lugar en el que nadie ni nada te ate, en el que puedas ser vos misma sin miedo a ser diferente. No te pierdas en otra persona, porque volver a encontrarte va a ser cien veces más complicado y doloroso que haberte salido a tiempo, lo que no implica que no sea posible. Nunca es demasiado tarde.

Acordate, Jane, un poco de amor y respeto propio no debería ofender a nadie, y si lo hace, problema suyo.

Canción del día: Simon Says de NCT 127(esa letra es pura cruda verdad).


Atte., Jane Doe.

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domingo, 3 de noviembre de 2019

Lista de autorreflexión
noviembre 03, 20190 Comments









Querida yo del presente,

He aquí la siguiente lista de autorreflexión:


Falta de inspiración, sin energía ni ganas de levantarme.

Miedo constante de quedarme sin ideas.

Constante enojo conmigo misma y con la sociedad.

Cansancio de la desigualdad: social, de género, razas, elección sexual, etc.

¿Quién carajos soy? ¿Quién quiero ser? Tengo una mejor idea de la segunda, pero ni la más pálida idea de la segunda.

Sensación de nada. Siento como que estoy perdida en la nada, no hay nada a mi alrededor pero tampoco hay nada dentro de mí. Hay tanta nada que ni lugar para el vacío queda ya.

Tengo que leer más.

Cada día que pasa me siento menos y menos empática hacia los humanos y más por los animales. ¿Me estaré convirtiendo en vegana o sociópata? No, ni chance de la primera y la segunda se nace, además, creo que no se supone que los sociópatas se lleven muy bien con los animales… según Mentes Criminales. Entonces no sé.

Tengo que volver a ver Fleabag.

¿Seré lo suficientemente buena? A esta pregunta sí puedo responder con seguridad: no, todavía no, pero ya casi llego.

¡Mierda, otro año en el que me la perdí, la fiesta de Halloween!

Tengo que terminar de ver Beauty and the Beast y New Girl.

¡Quiero más tatuajes, el bendito piercing en la nariz y pintarme el pelo de azul otra vez!


¿Y ahora qué vas a hacer con esta lista? Más te vale que no quede en la nada, como siempre.



Atte., Jane.


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