Pequeña yo - Jane Doe

Jane Doe

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¡Bienvenidos! Les explico un poco de qué va el blog: «Diario de una Jane Doe» es el espacio que encontré para dejar salir todo eso que me gusta o lo que no, lo que me molesta o lastima, y lo que amo, los invito a hacer lo mismo en los comentarios. En «Rincón Literario» encontrarán «Recomendaciones» donde recomiendo libros, «Hablemos de…» que es un espacio para charlar sobre temas relacionados a la literatura incluyendo noticias sobre el mundo literario, en «Libro del mes» podemos charlar sobre un libro específico elegido para ese mes; «Conociendo autores» es un lugar para hacer eso exactamente, conocer un poco de los grandes autores detrás de las letras. Bajo el título «De Tinta y Papel» voy a subir unos relatos/cuentos/historias cortas que escribo. Por último, en «Rincón de entretenimiento» tenemos, por un lado, «Series de TV» donde podemos recomendar y hablar de series, y en «K-dramas» hacemos lo mismo que con series pero esta vez de dramas coreanos :) Espero que se queden, ¡y que empiece el viaje!

domingo, 15 de septiembre de 2019

Pequeña yo










Querida pequeña yo,

¿Cuántas veces fingiste una carcajada para no ser la rara que piensa en todas las razones porque ese comentario no es gracioso? ¿Cuántas veces te quedaste cayada cuando todo lo que querías era gritar lo desconforme que estabas con algo? ¿Cuántas veces dejaste pasar comentarios hirientes porque era más fácil que plantarte firme? ¿Cuántas veces hiciste cosas que no querías por seguir la corriente y no ser aguafiestas? ¿Cuántas veces sonreíste cuando querías llorar?

Demasiadas para llevar la cuenta.

¿Valió la pena dejarte pisotear? ¿Valió la pena seguir la corriente? ¿Valió la pena callar? ¿Valió la pena dejar en el piso gran parte de lo que te hace vos?

No.

¿Te acordás cuando disfrutabas la vida? ¿Cuando bailabas y cantabas sin preocuparte por el mañana… o peor, el hoy? ¿Te acordás cómo se sentía no sentir ese punzante y constante dolor en el pecho? ¿Te acordás de todas esas veces que hablabas pero nadie jamás te escuchaba? ¿Te acordás de esos viejos sueños coloridos, ahora polvorientos guardados en un baúl?

Vagamente.

Ojalá hubiera estado allí para vos. Ojalá hubiera estado allí para sostenerte cuando caías. Ojalá hubiera estado allí diciéndote palabras de aliento. Ojalá hubiera estado allí para detenerte cada vez que te lastimabas.

Pero sí estuve allí, solo que de la manera equivocada.

Allí estuve tirándote al piso. Allí estuve gritándote tus errores, una y otra vez. Allí estuve sosteniendo el filo helado contra tu piel.

Cada vez que miro atrás veo a esa chica rota, llena de sueños sin cumplir y corazón vacío. Veo sus cicatrices, nuestras cicatrices, mis cicatrices. Esas marcas que quedaron grabadas tanto en tu piel, nuestra piel, mi piel; como en tu alma, nuestra alma, mi alma. Me reprocho por no haber sido más fuerte y menos dura con vos, con nosotras.

Me hubiera gustado hacerte ver lo importante que eras y seguís siendo. Me hubiera gustado haberte mostrado todas esas cosas especiales que te hacen ser quien sos. Me hubiera gustado hacerte ver ese reflejo que tanto rehusaste ver por todos esos años. Me hubiera gustado decirte que te levantaras y que si no te escuchaban la primera vez, gritaras la segunda, que te hicieras escuchar. Me hubiera gustado decirte que tu voz sí importaba, que todavía importa. Me hubiera gustado decirte que te preocuparas menos y disfrutaras más. Tanto tiempo desperdiciado molestándote en ser invisible, convirtiéndote en alguien invisible hasta frente a tus propios ojos… al menos la mayor parte del tiempo.

¿Pero sabés qué, pequeña yo? El pasado no se puede cambiar. Y a pesar de todo el daño causado, a pesar de todo el dolor sufrido, a pesar del corazón hecho trizas, vos seguiste dando pelea. Por unos años creí ganarte, pero seguís luchando por salir a la superficie como cuando chicas. Pero vos cambiaste, yo cambié, las dos cambiamos, en algunas cosas para mejor, en otras para peor. Vos creciste, no en tamaño, pero sí en sabiduría y fortaleza.

Vos me enseñaste a jamás bajar los brazos, a siempre pelear por lo que querés, a seguir caminando a pesar de la tormenta sobre tu cabeza y el viento en contra. Es hora de dejarte libre, pequeña yo.

Siempre fuiste la más madura y sensata de las dos, es hora de que tomes las riendas de nuestra vida, siempre tomaste mejores decisiones que yo. Gracias por abrirme los ojos y perdón. Perdón, pequeña yo. Perdón por no escuchar, perdón por golpearte, perdón por no apoyarte.
Me parece que ya es hora de cambiarte el nombre.

Ya sos libre, gran yo. Estás al mando ahora. Es hora de ir por todo lo que queremos.


Atte., Jane.





P.D: Está demás decir que Little Me de Little Mix por muchos años sonó de fondo en mi vida como banda sonora, y todavía sigue sonando. Es una de mis canciones preferidas y la inspiración de esta cadena de pensamientos/sentimientos.


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