Para mi querida
perdedora perdida,
¿Qué tan
seguido pensás sobre la muerte? ¿Qué tan seguido pensás sobre tu muerte? ¿Qué
tan seguido pensás sobre la vida? ¿Qué tan seguido pensás en tu vida? ¿Qué tan
seguido pensás en cómo terminarla?
Más seguido de
lo que estoy dispuesta a confesar.
Cuando seguÃs
arrastrándote en cÃrculos viciosos que nunca terminan, empezás a hacerte
preguntas como esas. Empezás a cuestionar tu existencia, ¿para qué estoy si lo
único que hago es decepcionar?
Decepcionar a las personas que más me importan
en la vida, incluidas a mà misma.
Todo lo que
querÃa de niña era seguir mis sueños, luchar por ellos hasta alcanzarlos, sin
excusas de por medio. Ya de adolecente, soñaba con estudiar una carrera que me
apasionara y después vivir de ellos, como cualquier otra persona. De grande
entendà que las cosas no funcionan asÃ. No todos soñamos con ese tipo de
trabajo o ese tipo de vida. E incluso mirando a mi alrededor, las personas que
conozco se dividen mitad y mitad. Hay una mitad que ama lo que estudia, le
apasiona y a pesar de estar cansados por matarse estudiado, siguen adelante
porque encontraron su lugar. Después está esa otra mitad a la que ni siquiera
le gusta lo que estudia pero siguen estudiando, ya sea por miedo o comodidad o
cobardÃa, o por una mezcla de las tres.
Y después estoy
yo. Ni una cosa ni la otra. Siempre esa masa deforme gris que parece nunca ser
capaz de tomar una decisión y tomar forma de algo finalmente.
Es como estar
abrumada por sentimientos, pero no ser capaz de sentir nada en absoluto.
Perdida, desorientada, entumecida. No tengo idea de cuál es el Norte y cuál el
Sur, ¿pero qué mierda importa, no? ¿De qué me sirve saber dónde estoy parada si
no tengo ni la más mÃnima idea de a dónde quiero ir?
Asà que
simplemente me quedo estática y dejo que la corriente me lleve a donde mierda
se le da en gana.
No soy más que
un puñado de ilusiones, sueños, frÃo, miedo, inseguridades, pérdida, ingenuidad
perdida, perdida y punto. Puede que tenga destellos de lugares a los que quiero
llegar, pero no tienen forma y cambian con tanta rapidez que apenas los veo,
los pierdo de vista.
¿Cuánto darÃas
por no ser vos mismo? ¿Cuánto darÃas para dejar de sentir? ¿Cuánto por volver a
sentir? ¿Estás viva o no muerta?
Y acá vamos con
la canción de la semana: Boulevard of
Broken Dreams de Green Day. Un
clásico para losers.
Atte.,
Jane.
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