Cuando sea grande... - Jane Doe

Jane Doe

Jane Doe
¡Bienvenidos! Les explico un poco de qué va el blog: «Diario de una Jane Doe» es el espacio que encontré para dejar salir todo eso que me gusta o lo que no, lo que me molesta o lastima, y lo que amo, los invito a hacer lo mismo en los comentarios. En «Rincón Literario» encontrarán «Recomendaciones» donde recomiendo libros, «Hablemos de…» que es un espacio para charlar sobre temas relacionados a la literatura incluyendo noticias sobre el mundo literario, en «Libro del mes» podemos charlar sobre un libro específico elegido para ese mes; «Conociendo autores» es un lugar para hacer eso exactamente, conocer un poco de los grandes autores detrás de las letras. Bajo el título «De Tinta y Papel» voy a subir unos relatos/cuentos/historias cortas que escribo. Por último, en «Rincón de entretenimiento» tenemos, por un lado, «Series de TV» donde podemos recomendar y hablar de series, y en «K-dramas» hacemos lo mismo que con series pero esta vez de dramas coreanos :) Espero que se queden, ¡y que empiece el viaje!

domingo, 30 de junio de 2019

Cuando sea grande...










Querida pequeña yo,

Te tengo una pregunta, Jane de 21: ¿qué querías ser cuando crecieras? Cuando no eras más que una niña, llena de sueños e ilusiones, y te hacían esa pregunta, ¿qué respondías?

¿Te acordás? Si no me equivoco, respondías que querías ser violinista (pff, ya sé, ni idea, pero los instrumentos musicales siempre nos fascinaron y el violín es hermoso, nadie duda de ello). Hubo un período en el que llegaste al punto de responder que querías ser modelo, pero eso era porque todos nos decían que teníamos que ser modelo cuando creciéramos, por las piernas largas y porque éramos delgadas (en el presente ya no calificaríamos para dicha posición xD). El tiempo siguió corriendo y de tanto mirar X-Men y La Liga de la Justicia, soñabas con ser una mezcla de Jean Grey y La Mujer Maravilla.

Pero a medida que ibas creciendo, e ibas conociendo tu realidad y empezaba a formarte como persona, tus respuestas fueron cambiando. De heroína pasaste a querer ser bailarina (no de ballet, yo odiábamos el ballet, nos gustaba bailar en general… hip-hop de ser posible). De ahí, pasaste a querer ser actriz… había algo que ello que hasta el día de hoy nos sigue cautivando.

Y entonces encontraste el más maravilloso de todos los tesoros ocultos: libros. Existían a montones, eran interminables, habían para todos los gustos y trataban de un sin fin de temas. Era mágico, hermoso, era todo lo que querías. Eran nuestro salvavidas, nuestro lugar seguro, nuestro refugio de la realidad.

Desde chiquita siempre fantaseábamos con vivir en otra realidad, una mejor, más complicada pero mucho más cool, llena de magia y seres mitológicos. ¡Boom! Esa fue la primera vez que la idea cruzó por nuestra cabeza, «¿qué pasaría si pongo estos locos pensamientos por escrito?». Y eso hicimos.

Fue la mejor decisión que tomamos en nuestra vida.

Nos llegó en el mejor momento posible. La primera vez que escribimos algo fue cuando estábamos en 6to de la escuela y la maestra nos puso como tarea escribir un cuento corto, ¡amé la sensación de volcarlo todo en un pedazo de papel! No volvimos a escribir hasta los 13 años, y desde entonces no pudimos parar… o así desearía que hubiera sido, pero no es del todo cierto. Hay veces que la vida se te mete en el camino, cargada de las cosas que los demás esperan de vos, y te obligan a dejar de lado lo que vos querés realmente.

No somos las únicas que encontraron eso, esa única cosa en la que sos bueno, esa única cosa que te mantiene en pie y funcionando, esa única cosa para la que naciste. Hay personas que son buenas haciendo muchas cosas, y hay otros desdichados o bendecidos (dependiendo del punto de vista) que son buenos haciendo solo una única cosa.

Hubo un momento (uno demasiado largo) en el que creí que mi vocación era algo más, estudié por años para llegar a eso y llegado el momento de entrar a facultad simplemente no entré porque no era lo suficientemente buena en ello. En ese entonces creía que era lo único que podía hacer bien, pero cuando la realidad te golpea con toda su fuerza, te quedás hecha piedra en tu lugar, desnorteada y sin saber a dónde ir. ¿Y ahora qué? ¿Qué mierda hago con mi vida? Todos esos años, ese tiempo invertido a los estudios, el esfuerzo, las vacacione perdidas… el tiempo, ese tiempo que nunca voy a recuperar… todo eso tirado a la basura.

«No soy lo suficientemente buena».

Esa frase me atormentó por mucho tiempo. No dolía, pero sí desorientaba. Estaba perdida, ¿qué mierda voy a hacer con mi vida, no tengo nada más…? Y entonces me di cuenta que eso no era del todo cierto, bueno, más bien no era cierto en absoluto y punto.

Había una única cosa que siempre había estado conmigo, que me había acompañado en mi crecimiento, que me había mantenido a flote y que incluso me había dado un propósito en la vida. Literatura. Ella había estado con nosotras cuando no teníamos a nadie ni nada más (porque así se siente la adolescencia, ¿no? Todo es taaan cargado de dramatismo). Esa era la respuesta que tan desesperadamente había estado buscando.

Yo había pasado un año, UN AÑO ENTERO sin escribir. ¿Te acordás? Fácilmente puedo decir que ese fue el peor año de mi vida (y eso es decir mucho, ambas lo sabemos). Pero retomé la escritura y fue como… no sé, pasó algo muy fuerte, mágico (o químico. Sé que preferís creer en la magia, yo tengo mis dudas sobre ello). Encontré mi centro, y no solo eso, encontré mi lugar en el mundo y me encontré a mí misma, encontré mi propósito en la vida. Quiero ser una escritora.

Y no, después de descubrirlo las cosas no se pusieron más fáciles, sino mil veces más complicadas. ¿Arte? ¿Una carrea en el arte? «Buena suerte, querida». Y más teniendo en cuenta que ya casi nadie lee, pero bueno, difícil o no, es lo único que sé hacer. También sé que no soy la mejor (tampoco quiero serlo), tengo mil cosas que aprender, un millón más que pulir y mucho trabajo duro por delante, ¡pero soy buena en esto y lo que quiero! Y me la voy a jugar.

No podés triunfar en algo si no investís en ello al menos un 95%. Y desde que me comprometí en serio con la escritura (pff, por llamarlo de alguna manera), desde que dejó de ser un escape, un hobby, y se transformó en mi carrera (paga o no… y por ahora no lo es), tengo que admitir que no puse mi 100%, ni siquiera mi 80%. ¿Por qué? ¡Porque hay que estudiar, claro está! (Ah, sí, la vieja carcelera). Y estudiar está genial, lo digo en serio, pero en mi caso, la facultad no es más que un pasatiempo, la carrera que estoy haciendo no tiene salida laboral pero era lo más cercano que tenía a lo que me gusta hacer y aparentemente un título te hace «un alguien» (lo que sea que signifique eso), así que tenía que hacerlo.

Pero ya no más excusas y poner otras cosas por delante de mis sueños. Yo voy a ser una escritora algún día. Yo voy a viajar por el mundo. Ahora me voy a investir en un 100% en ello, lo demás va a venir debajo de ello, no van a ser más que distracciones o recreos de entre tiempo. Me la voy a jugar y voy a pelear con uñas y dientes por esto, porque es todo lo que tengo, es quién soy… y ya me harté de ser alguien que no soy.

Ahora, te tengo otra pregunta: ¿quién querés ser ahora de grande? Yo solo sé que si mi «yo adolecente» y mi «yo de niña» me vieran un año atrás estarían terriblemente decepcionadas conmigo, y ese no es un lindo sentimiento que tener hacia uno mismo.

Así que basta de juegos de niños, porque ya no soy una niña. Entonces: ¿qué querés ser ahora? Alguien que todavía no soy… pero estoy haciendo mi camino hacia ella.

El artista de esta semana es NF, es un rapero, no, no, EL MEJOR (sí, bueno, al menos tan bueno como Eminem). Todas sus canciones son increíblemente profundas y te abren los ojos como ningún otro artista. Las canciones en específico que inspiraron la cartita de hoy se llaman: When I Grow Up y All I Have.



Atte., Jane.

No hay comentarios.:

Gracias por dejar tu opinión :)