Querida
jodida sociedad,
No
entiendo cómo la clara línea entre grosero y halagador se desdibuja. Es
bastante clara, hasta para el más imbécil de los seres humanos. Es más, estoy
segura de que no es un acto inocente (como muchos aseguran), sino lo
contrario, lo hacen con la intención de molestar, de lastimar, para así, de
alguna manera (que todavía me cuesta entender), sentirse mejor consigo mismos.
De
verdad, sigo sin entender cómo gritarle una grosería a una mujer por la calle
la haría sentir mejor, no tiene pies ni cabeza.
¿Tenemos cara de andar pidiendo groserías? ¿Tenemos cara de que nos hacen bien
tus comentarios asquerosos? Porque te tengo una noticia de último momento: NO
LOS NECESITAMOS Y TAMPOCO LOS QUEREMOS.
«¿Tan
linda y tan solita? ¿Te dejaron salir sola a esta hora? Lindo culo.» Y esos son
solo los más leves que escuché, eso no es nada.
Ah,
pero sí, no tenés idea de lo bien
que me hace sentir que me cosifiquen… no tenés idea de lo insignificante,
impotente, incómoda, repugnada y enferma que tus «inocentes»
comentarios me hacen sentir.
El acoso no es piropo.
Y
después están las miradas… agh, esas asquerosas miradas lascivas. Y no importa
una mierda lo que estés usando, esas miradas y comentarios los vas a tener de
igual manera sin importar la hora del día. Y más cuando vas caminando sola,
porque es el único momento en que un cobarde asqueroso se anima a hablarle a
una mujer.
Tus
«piropos» no son piropos en lo más mínimo. Dejá de mentir y ser tan hipócrita,
cagón. Lo hacés para sentirte mejor con vos mismo, no para hacerla
sentir mejor. Porque ninguna mujer necesita de tus acciones o pablaras
sucias para sentirse validada o sexy o importante.
Eso te lo aseguro.
La
próxima vez que le vuelvas a hablar así a una mujer, tratá de ponerse en sus
zapatos. Solo por un día cómo me gustaría que los roles se invirtieran, un mísero día… y no aguantarían
ni medio.
NO SIGNIFICA NO.
Esa
porquería de «las mujeres cuando dicen “no” en realidad quieren decir “sí”» es
pura mierda inventada por hombres y que muchas mujeres todavía sostienen como
ciertas. Pero cuando alguien te dice no, entonces significa eso, no.
Sinceramente no me parece una palabra tan complicada de entender, hasta para el
tipo con menos luces del planeta.
Te recomiendo un diccionario, y si seguís teniendo problemas, ronces volvé al
jardín de niños.
No quiero tus «piropos».
No quiero tus manos en mi cuerpo.
No quiero que continúes cuando claramente te dije que no
siguieras.
No quiero que sigas insistiendo cuando ya dije que no
quería.
No quiero que me trates como otro objeto cuando soy
un ser humano como vos; solo que en donde vos deberías tener las pelotas, yo
tengo una vagina.
¿Es
demasiado pedir respeto mutuo?
Simplemente
creo que es demasiado injusto que cada vez que salgo de la casa, tengo que
andarme cuidando y cruzando de vereda cada vez que veo un grupo de tipos. ¿En qué
sociedad estamos viviendo? Dónde tengo miedo de salir a la calle. Dónde tengo
miedo de salir maquillada o vestida como me da la reverenda gana. Dónde mi
cuerpo es un objeto de placer para otros y nos simplemente mi cuerpo.
Me
acuerdo clarito de la primera vez que sufrí acoso callejero. Fue a los 12
años, era una niña y ellos un grupo de chicos maduros.
Repugnante.
¿Cuán
enfermo es vivir en una sociedad donde no haya una mujer que no haya sufrido
esto?
Y
todo eso de «hablar cuando alguien te grita por la calle y decirle lo mucho que
te molesta» está genial en la teoría, pero en la práctica no tanto. ¿Qué por
qué no le respondo que se vaya a la mierda (delicadamente, claro
está, porque soy toda una dama, nótese el sarcasmo)? Simple, por miedo
de las consecuencias. Capaz si vas con una amiga sí te animás a decirle
que se meta su «piropo» por el orto, pero sola… sola es otra cosa.
Me
volvió a pasar el otro día esto y necesitaba sacármelo del pecho.
Y
no se olviden, genios: no significa no. Y tus «piropos» no me halagan.
Atte., Jane
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