Momentos incómodos - Jane Doe

Jane Doe

Jane Doe
¡Bienvenidos! Les explico un poco de qué va el blog: «Diario de una Jane Doe» es el espacio que encontré para dejar salir todo eso que me gusta o lo que no, lo que me molesta o lastima, y lo que amo, los invito a hacer lo mismo en los comentarios. En «Rincón Literario» encontrarán «Recomendaciones» donde recomiendo libros, «Hablemos de…» que es un espacio para charlar sobre temas relacionados a la literatura incluyendo noticias sobre el mundo literario, en «Libro del mes» podemos charlar sobre un libro específico elegido para ese mes; «Conociendo autores» es un lugar para hacer eso exactamente, conocer un poco de los grandes autores detrás de las letras. Bajo el título «De Tinta y Papel» voy a subir unos relatos/cuentos/historias cortas que escribo. Por último, en «Rincón de entretenimiento» tenemos, por un lado, «Series de TV» donde podemos recomendar y hablar de series, y en «K-dramas» hacemos lo mismo que con series pero esta vez de dramas coreanos :) Espero que se queden, ¡y que empiece el viaje!

domingo, 17 de marzo de 2019

Momentos incómodos










Querida torpeza,

Ah, momentos incómodos… Esos preciados momentos incómodos como cuando te caés en la calle en frente de extraños, o peor, ¡de conocidos (esos que no te conocen los suficiente para llamarlos amigos pero ves demasiado seguido)! Momentos incómodos como cuando te cruzás con tu crush que sabe que es tu crush pero no le pasa lo mismo. Momentos incómodos como cuando le decís mamá a la maestra… o peor, a la profesora de liceo. Momentos incómodos como cuando entrás a una clase equivocada en facultad… ah, sí. Hermosos, sabrosos y coloridos momentos incómodos.

Soy una persona normalmente… torpe, socialmente y en general. Literalmente voy tropezándome por la vida. Pero si hay una cosa que me molesta sobremanera son los momentos incómodos. Con mis «años de experiencia» (por así decirlo) aprendí a manejarlo mejor. En conclusión: me estresan menos. De todas maneras eso no quiere decir que NO ME MOLESTEN.

Una de las cosas más vergonzosas que me pasó fue caerme en la calle, en frente del lugar al que trabajaba por el verano justo cuando un compañero de trabajo entraba… y me vio. Lo peor de todo es que no pasó una vez, ah, no, pasó (al menos) tres veces. Ya que estamos con lo de las caídas, cabe la pena destacar la vez que me caí en las escaleras de un baile y mi hermana, en un intento por evitar que rodara por ellas y me rompiera el cuello, me agarró del brazo, empapando de agua a un tipo que trató de ayudarme también. ¿Debería habérmelo guardado? Sí… todavía tengo la cicatriz en la pierna de esa caída… ya hace un año de eso, pero me acuerdo como si fuera ayer.




¡Ugh! O como cuando conocés a alguien nuevo y te preguntan cosas pero no tenés idea de cómo comportarte socialmente por lo que no sabés cómo seguir la conversación. ¡Y es todavía peor cuando son solo dos y la otra persona espera que hables, pero vos preferís pensar en el libro que estás leyendo y de la nada caés en la realidad de que están esperando que hables, entonces decís algo estúpido entre tartamudeos que apenas se entiende.

¡Ah! ¡O como cuando te preguntan tu edad y decís como cinco años menos porque te quedaste colgada en el pasado, entonces tenés que corregirte, quedando como una completa idiota! «¿Qué, no sabés tu propia edad? Pff…», ¡y sí lo sé! Es solo que las interacciones con otras personas me ponen incómoda.

¡Uy! Les tengo un último momento incómodo que es la cereza de la torta, jejeje. Cuando es tu cumpleaños y te llaman para decirte «¡Feliz cumple!», es súper incómodo tratar de hacer conversación después de eso. «¿Cómo están todos por ahí? Ah, me alegro.». Y ahí se fue toda la conversación. Pero ni eso supera al momento final de la celebración, cuando estás parada frente a la torta con las velas prendidas y todos te rodean, cantándote, mirándote fijo con sus celulares en mano capturando ese maravilloso momento de incomodidad en el que no sabés qué hacer. ¿Debería cantar con ellos? Eso sería raro, ¿qué digo cuando canten mi nombre? No. ¿Aplaudo? Y sí, al menos para hacer algo con las manos. Ajj, ¿de dónde salen tantas cámaras de celulares? Mejor me concentro en las velitas.

Facepalm.





¿Pero saben qué? La moraleja que saqué de todo esto es: soy un momento incómodo andante, así que, más me vale aceptarlo, y abrazarlo y hacer las paces con ello. Si no lo podés cambiar, entonces no te queda más que hacerte amigo de ello. Es como dicen supongo, «si no puedes contra ellos, ¡úneteles!».
¡Así que gracias, torpeza por tanto aprendizaje y «trágame tierras»!


Atte., Jane



P.D.: Y, SÍ, todas esas fotos de Rob eran NECESARIAS… nadie puede capturar la incomodidad como Robert Pattinson (en el mejor de los sentidos) xD

No hay comentarios.:

Gracias por dejar tu opinión :)